Las mujeres volvieron ayer al terrero de la lucha canaria en Lanzarote después de quince años de las últimas agarradas en la Isla de mano de las integrantes del Club de Lucha Unión Norte, de Haría.
El Club Lucha Reducto-Inmobiliaria Triana, de Arrecife, ha tomado el relevo en la brega de las deportistas lanzaroteñas y la pasada jornada protagonizó su primer encuentro. Fue en la capitalina playa de El Reducto frente al Club Lucha Chacaica, de la localidad tinerfeña de Güimar. La cita fue la presentación en sociedad del combinado conejero frente al que será uno de sus rivales junto a los clubes Santa Rita (Gran Canaria) y Benchomo (Tenerife) en la nueva temporada de la liga regional femenina, que comenzará en febrero de 2017. El resultado fue de 9 a 12 para las luchadoras visitantes.
Patrick Cazorla, luchador del Unión Sur Yaiza, es el mandador del Reducto. Aseguró que la iniciativa para formar el equipo conejero la impulsó Ana Victoria Arteaga, exluchadora del Chacaica, quien se puso en contacto con el Club Lucha Arrecife para sacar adelante el proyecto, que es una realidad desde hace un par de meses.
"El entrenamiento es igual que el de los hombres porque las reglas son las mismas, incluidos el peso y la estatura", explicó Cazorla, "pero quizás no es tan exigente como el de ellos". El mandador confía en que este nuevo equipo, al que entrena dos veces por semana, contribuya a atraer a más mujeres a los terreros aunque reconoce que "es difícil mantener un equipo femenino". Añadió que "como todo, vienen rachas buenas y se mantiene o, por el contrario, se queda todo en un sueño". A parte de que hay pocas mujeres luchando es difícil mantener un equipo". Cazorla agradeció la implicación de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias y la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Arrecife para apoyar el Reducto. El presupuesto que necesitan cubrir por temporada en gastos "puede oscilar entre los 20.000 y 30.000 euros en billetes de avión y gastos de gasolina para los traslados de la luchadoras". El mandador espera que se sumen más patrocinadores privados al equipo.
Ana Victoria es la vicepresidenta del equipo y también formó parte del Bandala, de Tenerife. Por motivos laborales se trasladó a Lanzarote. Es auxiliar de enfermería e instrumentista de quirófano. Considera que "si la gente va a los terreros a los encuentros de mujeres al igual que va a ver los de los hombres, se promueve la práctica del deporte en los colegios y el boca a boca difunde la lucha, se podrá potenciar la femenina".
Prejuicios
La luchadora afirmó que "hay prejuicios y se piensa que se trata de un deporte de mujeres obesas. Obviamente, las hay en la lucha, como en la sociedad y en el deporte porque hasta en el fútbol hay gente así, pero la mayoría son delgadas. Más vale maña que fuerza", aconsejó. Recordó que tras empezar a luchar perdió diez kilos porque "me lo tomo como lo que es, como un deporte". La alimentación es sana, "sin grasas y sin azúcares industriales".
Nuria Olivero procede de una familia de luchadores y de ahí le vino la afición. Su hermana Verónica también forma parte del Reducto y su hermano Moisés lucha en el Unión Sur Yaiza como Destacado C. Él y su madre, María Dolores Toribio, presenciaron ayer la lucha en primera fila sin perder detalle. Moisés ha recomendado a sus hermanas que "antes de empezar a luchar aprendan a caer bien" y les ha subrayado que "luchar lleva su tiempo".
Cuando sus hijas le comunicaron que se dedicarían a este deporte, María Dolores recibió la noticia "con preocupación" por temor a que se lesionaran. "Las dos se apoyan mucho", aseveró resignada.
Nuria tiene 23 años y estudia Educación Ambiental. Además trabaja como monitora del Geoparque Lanzarote y en un comedor infantil. Verónica tiene 17 años. "El club tiene las puertas abiertas a todas las chicas que quieran. Yo no tenía experiencia, probé y me gustó y con los entrenamientos me siento preparada".
Yaritza Díaz pertenece a la escuela de lucha municipal de Yaiza, donde comenzó cuando tenía ocho años. "Tengo muchos primos que han practicado la lucha canaria. A día de hoy quedan pocos, pero sigue la tradición en mi familia", apuntó la joven de 19 años, que trabaja de cocinera en un hotel de Playa Blanca y la pasada jornada se estrenó como federada. Cristian Morales, del Unión Sur Yaiza, es uno de sus familiares. Yaritza animó a las féminas a formar parte de la lucha canaria porque "es un deporte bonito tanto para chicos como para chicas". Sus padres, Santi Díaz y Lourdes Cejas, su hermana Suri, su tía Sonia y su prima Alexia, de seis años e integrante de la cantera del Unión Sur Yaiza, acudieron a apoyarla en El Reducto.
La tinerfeña Miriam Meneses, Puntal A, llevaba tres años sin luchar después de pasar por los combinados Benchomo y Santa Rita. A los 14 años comenzó a practicar y a su vez ha estado en el Brisa del Teide y el Rápido Ravelo. Regresa con 23 años. Miriam, camarera de profesión, aseveró que "hacen falta más equipos femenimos porque está claro que con tres en Canarias [Chacaica, Benchomo y Santa Rita lucharon la pasada temporada] no se puede hacer gran cosa". Miriam calificó la lucha canaria como "un deporte humilde y con mucho compañerismo a la hora de bregar". Destacó que "en general, es más la maña que el peso, por lo que cualquiera puede animarse a luchar".
El Reducto cuenta esta temporada con Ana Victoria Arteaga, Yolanda Díaz, Daniela Cazorla, Maite Machín, Verónica Olivero, Nuria Olivero, Yaritza Díaz y Alexandra Guillén. Se ha reforzado con Ana Alemán, Dámaris Santana, Puntal B, y Miriam Meneses, Puntal A.
Melisa Pérez, mandadora del Chacaica y fundadora del equipo hace tres años, confesó que cuando era pequeña acudía a los entrenamientos escolares "a escondidas" de su padre. Con 27 años se incorporó al Bandala. Se mostró "encantada" de que Lanzarote impulse la lucha femenina. Este sábado la acompañaron en Arrecife Coraima San Antonio, Sasa Rodríguez, Selene Cabrera, Marta Medina, May Acosta, Andrea Regalado, Nely Díaz y Omayra Miranda.
