Elvis Santos recolecta higos picones de las tuneras de la finca del Ayuntamiento de Haría en Los Lajares con el mismo esmero que si cogiera fruta de higuera o uvas de las parras para llevarlas al secadero que ha puesto en marcha el centro especial de empleo Grevislan, perteneciente a la Asociación de Personas con Discapacidad de Lanzarote (Adislan). Elvis se muestra entusiasmado con lo que hace y se nota en su mirada y en cada paso que da sobre el terreno volcánico de Los Lajares, próximo al imponente Volcán de la Corona.
"Me gusta lo que hago, además estoy entretenido y así no me aburro", afirmó ayer satisfecho este trabajador de Grevislan, uno de los seis contratados del proyecto La sostenibilidad de la inserción: Línea de secado y comercialización de frutas ecológicas, que comenzó a funcionar hace unos tres meses. Los contratados tienen edades comprendidas entre los 25 y 50 años. Cinco de ellos poseen distinto grado de discapacidad intelectual y uno discapacidad física, aseguró Hugo Rodríguez, ingeniero agrónomo de Grevislan.
El pasado julio esta iniciativa recibió uno de los cuatro galardones de la Categoría B de la octava edición del Premio Integra de BBVA, de ámbito nacional y dotado con 25.000 euros, en reconocimiento a su carácter innovador en el ámbito de la integración laboral de personas con discapacidad. Se presentaron 55 candidaturas. BBVA entregará el galardón a Grevislan el próximo martes en el Palacio Spínola de Teguise. La máxima distinción fue para el grupo empresarial vasco Gureak por su gestión laboral de la discapacidad en Gipuzkoa.
Los tunos de Elvis, una vez su compañero Yeray Montesdeoca los peló "como si fueran manzanas", se sumaron la pasada jornada a las rodajas de piñas tropicales de El Hierro, uvas, plátanos y tomates que se deshidratan a cuarenta grados de temperatura en el secadero de Grevislan en Tahíche.
Dependiendo de la cantidad de agua que tenga cada producto, el tiempo de secado oscila entre los dos días de los higos de higueras y los cuatro de los tunos o los tres de las uvas para hacer pasas.
La temperatura de secado es de 40 grados centígrados, detalló Rodríguez. "Una temperatura mayor implicaría que se perdieran las propiedades de los productos" señaló el ingeniero.
Aunque la experiencia está aún en fase de prueba, la idea es vender también en el mercado gourmet otros artículos deshidratados de forma natural, sin conservantes, como cebollas y chiles canarios (pimientas quemonas). La presentación sería en envases de 250 gramos con una presentación atractiva, explicó la coordinadorade Grevislan, Belén Mallada.
Por otro lado, Mallada destacó que "sorprende la capacidad de esfuerzo que tienen los trabajadores, así como su habilidad para resolver los problemas que se presentan y su fácil adaptabilidad a trabajar con sus compañeros en equipo".
El secado de frutas y hortalizas, apuntaron Mallado y Rodríguez, supone en realidad la siguiente fase del proceso de recuperación de fincas abandonadas y adecuación del entorno de La Geria que Grevislan emprendió hace cuatro años con diversas actuaciones, entre ellas, restauración de hoyos y muretes, plantación, poda de parras abandonadas y eliminación de rastrojos y malas hierbas. En Los Lajares también se hacen labores de restauración paisajística y replantación de parras e higueras. Dichas intervenciones le han valido a Grevislan este año el Premio Referentes de la Biosfera, otorgado por el Consejo de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote.
