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Una boda contra la adversidad

Patricia Silva, que padece un cáncer terminal, se casa en la playa de Guacimeta con Ángel Landesa

La vida de la colombiana Patricia Silva, de 40 años, dio un giro radical cuando en enero de este año los médicos le detectaron lo que en principio creían que era un mioma y luego resultó ser un cáncer de estómago con metástasis. En febrero ya se había sometido a la tercera operación en menos de dos meses. Los oncólogos y cirujanos le dieron entonces entre dos y tres meses de vida, pero no lo supo hasta hace poco. "Ángel [su marido desde el pasado jueves] no quiso decírmelo para no preocuparme más psicológicamente", aseguró ayer Patricia.

Un mazazo para ella -quien además tuvo que interrumpir por el cáncer su proyecto de inseminación artificial- sus familiares y amigos. Patricia y Ángel Landesa, gallego de 45 años, han querido sobreponerse a este varapalo cumpliendo uno de sus sueños vitales: casarse en la playa de Guacimeta, en Playa Honda, donde residen, después de tres años de noviazgo. La ceremonia civil, oficiada por la alcaldesa de San Bartolomé, Loli Corujo, fue un día inolvidable en sus existencias y la primera de este tipo que se celebra en la costa del municipio. A ambos se les vio felices y contentos, el mismo estado que irradiaban un día después del enlace mientras descansan de la fiesta tras el convite que ofrecieron a sus invitados con platos de la gastronomía canaria y colombiana en el teleclub de Güime.

"En nuestra boda cumplí varios sueños en un mismo día: celebré que encontré al hombre de mi vida, que me cuida y me ama, y también que he tenido más tiempo para vivir y que lo he podido cumplir. Mi diagnóstico no es bueno porque no sé cuándo voy a morir, pero agradezco que estoy viva", señaló Patricia.

"Una nueva ilusión"

Los dos no se cansan de dar las gracias a los que han hecho posible una jornada tan especial. "Nuestros familiares, amigos, la alcaldesa, que ha puesto mucho énfasis desde el principio en que pudiéramos celebrar nuestra boda en la playa, y la trabajadora del ayuntamiento Eli, además de otras personas que han conseguido que nuestro sueño se hiciera realidad y además se multiplicase".

Los perritos de Patricia y Ángel, el chiguagua Atreyu y la australian terrier Paca, tuvieron también su protagonismo. De hecho, la ceremonia tuvo lugar en el tramo de playa para perros que San Bartolomé inauguró en octubre de 2014 destinado a las mascotas. Los animales fueron los encargados de llevar las alianzas de sus dueños.

Aunque los efectos secundarios de la quimioterapia han mermado mucho su calidad de vida, ha perdido sensibilidad en manos y pies y se cansa muy rápido, sin embargo Patricia lucha como desde el primer día. "Ha sido un año muy duro de hospitales, con quimioterapias y operaciones muy agresivas y hemos estado muy asustados", admitió Ángel. Añadió que "hemos ido ganando tiempo y vida, pero nunca sabes por dónde te va a salir esta situación. Necesitábamos una nueva ilusión y qué mejor que preparar nuestra boda, como así hicimos, y que Patricia está estable dentro de su enfermedad. Por eso, decidimos casarnos ahora", comentó Ángel.

Este nuevo paso que han dado ha insuflado "mucha energía" al matrimonio, que tuvo que adaptarse a una nueva forma de vida y marcarse metas que no se habían planteado hasta ahora.

La mujer reconoció sin rubor y hasta con una sonrisa que se ha hecho "amiga de la muerte". Explicó que "cuando la tienes tan cerca no te queda otro remedio. He aprendido a aceptar el cáncer y a disfrutar de las cosas", afirma esta colombiana de la región cafetera de Manisales que llegó a Lanzarote en 2005. "Vine con un contrato de trabajo de un año porque mi tía estaba aquí y decidí quedarme porque me gustaron el trabajo, el clima, la tranquilidad, la seguridad y la gente de la Isla", subrayó.

Patricia es auxiliar de Enfermería, estudios que ha conseguido convalidar en España, pero hasta el momento no ha logrado un contrato estable en esa profesión. Ha trabajado como camarera de piso en el hotel Kempinski, en Fuerteventura, y los hoteles Princesa Yaiza y Corbeta -desde el pasado uno de diciembre opera como Elba Lanzarote Royal Village Resort-, ambos en Playa Blanca (Yaiza).

Ángel es jefe de partida de cocina en el hotel Riu Paraíso, situado en Matagorda, en Puerto del Carmen (Tías), aunque está liberado por su responsabilidad en el sindicato UGT, del que es secretario general de Hostelería en Lanzarote. Lleva 15 años en la Isla. Su hijo de 18 años, Alejandro Landesa, de una relación anterior, fue el padrino de la boda y la amiga de la pareja, la majorera Yurena Monserrat, la madrina. "Ha estado siempre que la hemos necesitado, en lo bueno y en lo malo", dijo Patricia.

La pareja se conoció en la sede del sindicato UGT en Arrecife en marzo de 2011. Patricia acudió a realizar una consulta y la atendió Ángel. Al cabo del tiempo empezaron a hablar de forma asidua y en 2013 iniciaron su noviazgo. Ella acabó afiliándose a UGT y resultó elegida delegada en el comité de empresa del hotel Corbeta. De baja de su trabajo debido a su enfermedad, Patricia defiende que "antes de llevar a juicio una situación laboral hay que intentar por todos los medios llegar a un acuerdo con la empresa". Ahora, se aferra a otra batalla, alargar su vida.

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