Cómo afecta la actividad solar al funcionamiento de los satélites y a las comunicaciones son dos de las incógnitas que se podrán investigar a través del Telescopio Solar Europeo de gran apertura (ETS son sus siglas en inglés), el más grande del mundo, que se instalará en Canarias, previsiblemente, en 2025. La ubicación concreta está por determinar: el Teide (Tenerife) o El Roque de Los Muchachos (La Palma).
España lidera este proyecto internacional, iniciado en 2007, a través del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), que también se ha hecho cargo del diseño preliminar del nuevo telescopio, un trabajo en el que se han empleado cuatro años e invertido nueve millones de euros de financiación europea. Manuel Collado, coordinador de esta investigación para estudiar el Sol, señaló ayer la importancia de la misma, "no solamente porque el Sol nos da la vida, sino también porque cualquier variación que se pueda producir en él puede influir en la Tierra, las comunicaciones o en las centrales eléctricas con las tormentas solares".
Collado aclaró que "si en la Tierra influimos en la atmósfera, ello podrá incidir en la radiación ultravioleta, dañina para nosotros, porque el Sol puede acceder más a la superficie, pero eso no está relacionado con el Sol, sino con la Tierra".
La pretensión de los científicos a largo plazo con el futuro telescopio y otros proyectos "es poder pronosticar cómo serán a corto plazo el clima y la meteorología espacial, de la misma manera que lo hacen los telediarios con el tiempo sobre si mañana lloverá o hará sol, toda vez que el Sol puede afectar al funcionamiento de la tecnología como los satélites, las comunicaciones a larga distancia que dependen de las condiciones de la atmósfera, la cual puede verse perturbada por el Sol, y los aviones, ya que van por uno u otro trayecto dependiendo de cómo se comporta el Sol", avanzó Collado.
Si el Sol está más tranquilo, aseveró el científico, "la Tierra en su órbita se mueve en un ambiente tranquilo, pero hay otras veces que lo hace de manera más turbulenta por las tormentas solares". Hizo hincapié en que "ahora dependemos mucho de la tecnología, la cual puede verse afectada por el Sol, cosa que no ocurría hace 100 o 200 años, por lo que si hoy en día nos quedásemos sin los teléfonos móviles sería un caos y el Sol puede tener su influencia en esa tecnología".
La vida de una estrella luminosa como el Sol "es del orden de unos 10.000 millones de años y en la actualidad está a mitad de camino, entre 4.500 y 5.000 millones de años", estimó Collado.
El IAC ha reunido en Arrecife, dentro del marco del proyecto Solarnet (red de coordinación europea en Física Solar), a la comunidad científica experta en Física Solar, 145 investigadores pertenecientes a 22 países, con el fin de debatir los retos a los que se enfrentan y fomentar la colaboración entre programas de investigación, como el que sustenta el Telescopio Solar Europeo.
El título del evento es El Sol desde el interior hasta su atmósfera externa y la idea es promover una imagen del astro rey como un sistema físico único, en el que se tengan en cuenta todos los procesos físicos relevantes y los fenómenos observados en su atmósfera hasta la fecha.
Entre otros contenidos, los físicos intercambian información sobre los instrumentos que han diseñado para el desarrollo del telescopio, como la unidad de campo integral del IAC, que permite hacer espectroscopias bidimensionales para estudiar el espectro del sol y la temperatura, entre otras dimensiones. Asimismo, se dan a conocer resultados de investigaciones a través de las observaciones, campo en el que Canarias es puntera a través de sus dos observatorios, y de estudios teóricos.
Las ponencias comenzaron el pasado lunes y finalizan hoy en el Arrecife Gran Hotel. El comité científico está formado por diez mujeres, encabezado por la presidenta, Elena Khomenko, y la copresidenta, María Jesús Martínez.
