Perdida en su memoria es una novela de la escritora de intriga y suspense Mary Higgins Clark. Un ejemplar de esa publicación estaba ayer tirado en la parte trasera del capitalino Islote del Francés junto a decenas de libros como El juez de Egipto, de Christian Jaq, considerado el mejor trhiller del antiguo Egipto, y Convulsión, de Robin Cook, un thriller científico e histórico sobre la biotecnología nuclear asociada a un antiguo enigma de la humanidad.

Estas historias en papel se encontraban entre los objetos abandonados con los que se encontraron los 35 voluntarios que participaron en la campaña de limpieza del Islote del Francés, una actividad que se incluye en el nuevo proyecto de voluntariado social y medioambiental Junt@s somos Biosfera de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote, en la que colaboró el Ayuntamiento de Arrecife.

De la memoria olvidada, pero no perdida del todo, del Islote del Francés forman parte las salinas sin actividad y las naves de una antigua conservera, cuyos vestigios sobreviven al paso del tiempo y la basura que ciudadanos incívicos depositan en esta codiciada pieza de suelo de la ciudad.

Ruedas de vehículos, cartones, plásticos, cuerdas, hierros, colchones, faros de coches, pilas, colillas, una maleta y hasta un tambor de una lavadora se hallaron en el islote, residuos que sorprendieron a la concejala de Medio Ambiente, Carmen Delgado, que participó en las labores de recogida de materiales. Al finalizar su trabajo los voluntarios degustaron una paella.