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Sanción para la San Silvestre Graciosera

La familia que organiza entre amigos la carrera en La Graciosa tiene que pagar 15.001 euros de multa

Sanción para la San Silvestre Graciosera

A medio día, como manda la tradición, siempre cada 31 de diciembre. Nada hacía presagiar que lo que comenzó ocho años atrás como un encuentro entre amigos y familiares iba a convertirse con el paso del tiempo en una multa de 15.001 euros a la que tendrían que hacer frente. Un grupo de personas, habituales durante años a veranear y a pasar el fin de año en La Graciosa, comenzaron en 2008 a correr su particular carrera de San Silvestre. En el verano de 2016, uno de los participantes con residencia en Tenerife se vio sorprendido con una notificación del Ayuntamiento de Teguise en la que se le comunicaba que habían cometido una infracción "muy grave" que se castigada con una sanción. Se le imponía la multa por no haber solicitado autorización de forma previa para lo que el Consistorio consideraba que era un espectáculo deportivo de carácter público.

Cinco kilómetros de carrera, desde un extremo del pueblo de Caleta de Cebo hasta el conocido como Barranco de Los Conejos. Ida y vuelta. No se colocaban vallas, ni publicidad y tampoco consideraban los organizadores que era necesario avisar a las autoridades para lo que creían era tan solo un encuentro de amigos y familiares.

En la carrera intervenían las personas que se encontraban en el islote para celebrar el final de año y aprovechaban el viaje para participar en el recorrido, un evento más para divertirse dentro de la fiesta para despedir el año y dar paso a uno nuevo. Sin más. Nadie viajaba a la Graciosa de forma exclusiva para recorrer esa distancia.

La denuncia la formula un agente de Medio Ambiente de Parques Nacionales. En ella se incluyen lo que los afectados consideran "una serie de falsedades para intentar justificar que se trataba de un espectáculo público". En el acto dejan claro que participaban unas 100 personas cuando en realidad se trataba de medio centenar de personas entre los que se incluían niños y madres que tan solo estaban disfrutando, desde fuera, de la fiesta. Además, el escrito establece la existencia de árbitros, algo que tampoco es cierto para la organización ya que según exponen tan solo estaban padres y personas mayores que no participaban en la carrera y que se entretenían observando a sus familiares.

Ignacio Laynez es uno de los habituales de este encuentro y a quien va dirigida la sanción como principal organizador. "Para cerrar 2016 pedimos los permisos, pero al final, con todo lo que estaba pasando, dejamos de hacerla", asumió. Tanto él como su familia tienen una gran afición al deporte por lo que decidió organizar la carrera. "Nos ponemos dorsales, se daban premios, siempre en un entorno familiar de personas que deciden pasar las fiestas allí, sin ánimo de que fuera un acto público ni mucho menos", detalló.

Durante ese 31 de diciembre de 2015 un agente de Medio Ambiente les fotografió pero asegurándoles que era por mera rutina. La sorpresa al recibir la notificación durante el verano pasado fue abismal. "Siempre, durante ocho años, se hizo con conocimiento de todo el mundo, y durante ocho años nunca pasó nada", reiteró Laynez.

"Hemos hecho las alegaciones oportunas para explicar que no se pone ninguna valla, que no se deja ni un papel en el suelo porque es que no se tiran; es solo que una serie de amigos se reúnen y al acabar se toman un potaje berros en la playa", subrayó. Si la sanción no se paraliza no dudarán en acudir a los tribunales para no tener que abonar esa cuantía de 15.001 euros que les exige el Ayuntamiento de Teguise a través de un expediente que se ha ratificado en pleno.

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