"Estamos como en familia, pero sin Manrique, que ha sido mi amigo, mi hermano y mi maestro. A él le debo la responsabilidad y el sentido que hay que tener del arte para buscar la belleza y la perfección", afirmó en la tarde de ayer muy emocionado el artista grancanario Pepe Dámaso nada más llegar al Centro de Iniciativas Culturales El Almacén, en Arrecife.

La visita de Dámaso a El Almacén se enmarcó en el ciclo Otras voces y miradas, de la Consejería de Cultura del Cabildo de Lanzarote, que tiene por objetivo reflexionar y poner en valor el papel que ha desempeñado ese espacio, del que el artista grancanario ha sido uno de sus protagonistas, dentro del panorama cultural en Canarias. Dámaso fue uno de los integrantes del equipo creativo que se encargó del proyecto de El Almacén junto a César Manrique, Luis Ibáñez -presente también en el acto de este lunes- y Gerardo Fontes. El centro abrió al público el 22 de febrero de 1974 como centro polidimensional. La iniciativa se convirtió en el alma de la cultura y gran referente de las artes escénicas y de la vanguardia cultural en Lanzarote y el Archipiélago.

Dámaso eligió para su reencuentro con El Almacén un mono azul como el que vestía en una foto que cuelga de una de las paredes del bar de ese centro cultural en la que posa junto a Manrique. "Lo he hecho en honor a él", reveló. Anudado a su cuello llevó un pañuelo con uno de los diseños del artista lanzaroteño. Ambos se conocieron en Madrid en el año 1954 cuando Manrique inauguró una exposición individual en la Galería Clan a la que acudió Dámaso. Confesó que "en vez de tristeza tengo alegría de volver al pasado en el que fuimos tan felices" y que debido a su enfermedad, creía que "no podía volver a Lanzarote, pero aquí estoy por los amigos, la cultura, el arte y la vida".

Para Dámaso, "El Almacén fue algo trascendente en su momento" y resaltó "la conciencia social que tuvimos de hacer cultura, no para ganar dinero -César casi se arruina porque se lo jugó todo con su dinero, su fama, su talento y su genialidad-, pero fue el sentimiento más libre de crear y de crear un espacio donde se hiciera la cultura libremente". Añadió que "aún hay gente de las Islas que participó de la cultura que se hizo en El Almacén y me lo agradecen diciéndome que ellos encontraron aquí la modernidad y un montón de cosas que han sido claves para su vida".

Publicación de las cartas

El crítico y uno de los especialistas de arte abstracto más relevantes de España, Alfonso de la Torre, conversó con Dámaso en el encuentro que moderó Carmensa de la Hoz, comisaria de arte y gestora cultural. "Gracias a esa aventura maravillosa que fue El Almacén estoy hoy aquí sentada y algunos de los que están también. Nos reímos, divertimos, aprendimos mucho de cultura y fuimos muy modernos", rememoró De la Hoz. Agradeció a "Pepe y a Manrique haber compartido tanto tiempo con nosotros, que éramos muy jóvenes".

De la Torre hizo un llamamiento a "las autoridades culturales" para que publiquen la correspondencia entre Manrique y Dámaso, que arranca en los años cincuenta y finaliza con la muerte de Manrique en 1992, ya que la misma "es una pieza capital no solo para entender a ambos artistas, el arte canario y ni siquiera el arte español, sino para entender lo que podíamos llamar el estatus del creador".

El Cabildo de Lanzarote adquirió el edificio a Manrique en 1989 y desarrolló su actividad cultural hasta 2009, fecha del cierre para su remodelación. Fue reabierto en septiembre del pasado año.