La escritora, novelista, ensayista y guionista estadounidense Susan Sontag (Nueva York 1933-2004) decía que "la fotografía es, antes que nada, una manera de mirar. No es la mirada misma." Una reflexión que se puede aplicar al trabajo que realiza el fotógrafo autodidacta lanzaroteño Gustavo Medina, cocinero de profesión. Con sus imágenes de paisajes y fenómenos meteorológicos de Lanzarote fija su particular mirada en una isla que resulta sublime a su objetivo y también para quien observa sus instantáneas.
Gustavo, natural de Yaiza y residente en la localidad turística de Playa Blanca, tuvo su primera cámara a sus ocho años, regalo de su madre. Ahora tiene cuarenta. De chico acompañaba a su padre a la finca familiar situada en La Geria y ahí comenzó a mirar al cielo. "Veía la neblina tan típica del invierno y me alucinaba. Le preguntaba a mi padre qué era aquello y también por otros fenómenos", afirma Gustavo. Reconoce que ayudaba a su progenitor "los primeros diez minutos en las tierras" y luego se perdía por el entorno "subiendo montañas y volcanes".
Su curiosidad por la meteorología lanzaroteña y la fotografía, sus dos grandes pasiones, fue creciendo con la observación y sus pateos diurnos y nocturnos por la Isla. "Una de las cosas que más me gustan, sin lugar a dudas, es poder fotografiar un amanecer desde lo alto de un volcán, para lo que tengo que subir a la cima de madrugada cuando aún no ha salido el sol", asegura Gustavo.
Sus trabajos los difunde desde hace seis meses a través de su página de Facebook y su perfil en Instagram (Lanzarote.Isla Fotográfica) y cuenta para ello con la colaboración de su hija mayor, Aitana. Ella y su hermana comparten con su padre muchas de su salidas al campo. En Internet cuelga también los vídeos que realiza con la técnica del timelapse o de cámara rápida que se utiliza para mostrar diferentes motivos o sucesos que por lo general ocurren a velocidades muy lentas e imperceptibles al ojo humano. Con el efecto visual que se consigue, todo lo que se ha capturado se mueve rápidamente. En cada grabación utiliza unas 25.000 fotografías que ha capturado con su cámara. Ahora prepara un nuevo timelapse con los fenómenos meteorológicos de Lanzarote. Hacer las secuencias, editarlas y convertirlas en un vídeo de tres o cuatro minutos de duración le lleva varios meses de trabajo, que se suman "a las horas de soledad, frío y aburrimiento, porque no puedes dejar solo el equipo en exposición durante las capturas", manifiesta. Añade que "hay veces, cuando llegas a casa, que el resultado no te gusta o las condiciones naturales no fueron las deseadas y vuelves a intentarlo. El hombre propone pero la naturaleza dispone".
Hace más de treinta años que logró ver por primera vez el Teide desde el sur de Lanzarote. Desde entonces lo ha captado en varias ocasiones y en una de ellas también aparece parte del norte de Gran Canaria y Tamadaba, según asegura. "Con zoom puedes observar hasta el Roque Nublo", precisa.
Uno de los fenómenos más espectaculares fue la intensa granizada que cayó en el interior de Lanzarote el pasado 18 de marzo, que inmortalizó Gustavo, como la foto que hizo del volcán Montaña Ortiz, en el Parque Natural de Los Volcanes cubierto de blanco. "No recuerdo una granizada que durara tanto tiempo", concluye.
