El acusado de prender fuego a la vivienda en la que residían su expareja y el hijo de ambos, de tres años de edad, sobre las cinco horas de la madrugada del 2 de noviembre de 2014 en un domicilio del barrio de Argana Alta, en Arrecife, ha reconocido hoy los hechos en el juicio que ha celebrado en la capital lanzaroteña la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas y que ha quedado visto para sentencia. La mujer afirmó que él ya la había amenazado con quemarla "porque era silencioso y nadie se iba a enterar", aunque nunca pensó que le fuera "a hacer algo con mi hijo dentro de la casa".

El procesado, Vincenso Pernice, aseguró que su intención no era causar daño sino "asustar y ahumar la pared para que cuando ella [su expareja] volviera a la casa se encontrara con la mancha". Se mostró "arrepentido y avergonzado" por lo sucedido y confió en que "algún día le perdonen". Justificó que había rociado gasolina en la puerta principal de la casa y en la cochera, y que había causado el fuego con un mechero porque se sentía "frustrado" ya que "no podía ejercer como padre". Según él la madre de su hijo le impedía ver al menor. Añadió que había salido de fiesta la noche en la que se produjo el suceso y que había consumido drogas. "Estaba colocado", detalló. Dijo además que no se había percatado de que en el interior del inmueble pudiera haber alguna persona. "En ningún momento escuché a nadie dentro de la casa". Subrayó que "jamás amenacé con quemarla".

Cuando el acusado se trasladó la noche de autos a la vivienda tenía vigente la orden de alejamiento de su exmujer por un tiempo de un año y ocho meses, que le fue impuesta en sustitución de la pena de ocho meses de prisión a la que fue condenado por un delito de violencia en el ámbito familiar (coacciones) a través de la sentencia de 28 de octubre de 2013 de la Audiencia Provincial de Las Palmas. Pese a ello, Pernice aseveró, después de varias contradicciones, que había entregado al ñiño a su exmujer "al mediodía o por la tarde" del 1 de noviembre, es decir, el día anterior a lo ocurrido, porque le habían avisado de que esa noche tenía que trabajar. El procesado trabajaba como vigilante de seguridad y acudió al hogar con su uniforme y una camisa encima de la que utilizaba para su profesión porque no está permitido ir con esa vestimenta a otro lugar que no sea a su puesto laboral.Daños materiales

Pernice había comprado dos euros de gasolina en la estación Shell de la gasolinera situada en la calle León y Castillo de Arrecife. Los daños causados en el incendio se centraron en la caja del registro del sistema eléctrico ubicada junto a la puerta de entrada. El humo cubrió las estancias de la planta baja de la casa.

Afortunamente, tanto la madre, que se despertó por el humo y relató que por la ventana vio "a un hombre corriendo y el fuego detrás de él"-en referencia a la estela que había dejado Pernice al regar también gasolina en la calle interior de la urbanización- como su hijo, que padece de asma, lograron salvar su vida gracias a los vecinos del dúplex colindante, quienes les ayudaron a saltar el muro que separa los patios de ambos adosados. El menor sufrió lesiones consistentes en inhalación de humo, brocoespasmo secundario a inhalación y neumonitis aguda secundaria, que requirió hospitalización durante siete días y tratamiento durante diez.

La mujer explicó que sobre las diez de la noche del día anterior al incendio le había llevado el niño "preparadito con el pijama para dormir" y que se había mostrado "sorprendida porque se despidió del niño como si no lo fuera a ver más" a lo que ella le dijo: "Tranquilo, que lo a vas a ver mañana". Reconoció que vio a su expareja, con la que convivió algo más de un año, "bastante calmado y relajado, a diferencia de cuando consumía droga, que se ponía más agresivo".

La señora afirmó también que aún a sabiendas de que el padre del chiquillo iba a recogerlo a su casa "el día y la hora que quería" y que incumplía la orden de alejamiento, no lo denunció porque temía que dejara de pagar el alquiler de la vivienda, propiedad de Criteria Caixaholking S.U., ya que él tenía el contrato a su nombre y ella estaba en paro. A su vez declaró que el padre de su hijo "nunca le pasó una pensión alimenticia al niño".

El incendio se apagó con un exterior

En el juicio también declararon en calidad de testigos el matrimonio que reside en la casa contigua; la empleada de la gasolinera en la que Pernice compró la gasolina; la representante de la propiedad de la casa; el cabo y jefe de turno de la dotación de bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias de Lanzarote que se desplazó al domicilio, quien puntualizó que el fuego se había iniciado por un acelerante y que el mismo se había apagado con un extintor; el gerente del Consorcio de Seguridad y Emergencias; y dos agentes de la Policía Nacional y tres de la Policía Local que participaron de la investigación.

Por otro lado, en la vista se interrogó a los dos médicos forenses del caso, que no apreciaron que Pernice tuviera mermadas algunas de sus facultades cuando lo examinaron.

La Policía Local localizó la garrafa roja en la que Pernice trasladó la gasolina en el lugar de los hechos y al acusado esa misma noche en su casa, a las pocas horas de producirse el suceso. Pernice los recibió "sin oponer resistencia" y tenía la lavadora puesta con la ropa que había utilizado en el incendio. Está en prisión provisional desde el 4 de noviembre de 2014.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular confirmaron la petición de penas que habían solicitado previamente para Pernice, es decir, 20 años de prisión por el delito de incendio con peligro para la vida e integridad física de las personas y por el delito de lesiones, además de 30 años de alejamiento a un mínimo de 500 metros del domicilio particular, su lugar de trabajo y de cualquier otro que tanto la expareja como el hijo de ambos frecuenten, así como la prohibición de comunicarse con ellos. A la madre del niño la deberá indemnizar con 630 euros por la lesiones sufridas por éste y a la propietaria de la casa con 5.542,93 euros por los daños ocasionados. Por su parte, la defensa también confirmó su petición inicial de cinco a diez años por un delito de incendio atenuado.