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La Isla en fiestas Actos

Esencia marinera de Los Coquillos

Los hermanos Miguel y Francisco Cedrés abren las fiestas del barrio de Valterra recordando su niñez

Francisco (i) y Miguel Cedrés, anoche momentos antes de leer el pregón. D.R.

No fue un pregón hasta el amanecer aunque con seguridad la fiesta en el barrio marinero de Valterra en Arrecife continuó anoche hasta altas horas de la madrugada. Los hermanos Miguel y Francisco Cedrés, la raíz conejera del mítico grupo canario Los Coquillos (solo faltó Ginés que tenía una actuación ya programada en Gran Canaria) fueron los encargados de leer anoche el pregón de las fiestas del Carmen de Valterra.

"Siempre que hemos actuado en Lanzarote ha sido una locura", confesaba ayer Miguel Cedrés horas antes de subirse al escenario instalado en la plaza de Valterra. Y es que las raíces de los hermanos Cedrés Gutiérrez están vinculadas al mar. "Veníamos de una familia de marineros por parte de madre y padre, abuelos y bisabuelos eran marineros, y en todas las familias que conocíamos había una Carmita. Carmita la de Flora, mi tía Carmita Gutiérrez, mi tía Carmita Cedrés, Carmen la bigotúa o la majorera, tía de mi padre? se veía el cariño y el respeto de los marineros por su patrona...".

Miguel recuerda la primera guitarra que le regaló su abuelo Pepe Gutiérrez. Esa misma que se tuvo que llevar a la pequeña casa del barrio de Schamann en Las Palmas de Gran Canaria a donde se fue toda la familia (Ginés no había nacido) para estar cerca de su padre que trabajaba en la Compañía del Mar de Lanzarote, que cambió su sede a Gran Canaria, llevándose los cuatro "Islas" para allá (Isla Graciosa, Montaña Clara, Alegranza y Lanzarote que eran los nombres de los barcos arrastreros congeladores modernos).

"Como era lógico, nuestra madre tuvo que emigrar para poder ver a nuestro padre (Miguel Cedrés Reyes) los poquitos días que estaba en tierra entre faena y faena". Sin embargo, los Cedrés siempre se han sentido conejeros. "Nuestra bandera más que la canaria es la de Lanzarote", afirman.

Y a Lanzarote volvió Miguel pero para dar clases después de sacarse las oposiciones de Magisterio en 1987. Un año después regresaba a Gran Canaria y con la paga extra compraba su primera guitarra eléctrica "buena", recalca. "Resulta que cuando llego a Gran Canaria me dicen que mi hermano Ginés tiene un grupo que toca algunas de las canciones que yo había escrito, junto a mi amigo el periodista Francisco Chavanel y me dicen que el pibe canta bien". Hasta que en abril de 1990 nace Los Coquillos con Ginés y Miguel Cedrés y Miguelo Arencibia.

La buena noticia es que 27 años después, el grupo que hizo leyenda el tema Borracho hasta el amanecer se han metido de lleno a componer el que sería su séptimo disco. "Al grupo se ha incorporado Sergio Miró y aunque Miguelo está en Berlín haremos lo posible para que participe en la grabación porque es la referencia del sonido Coquillo", recalca Miguel.

Un sonido que anoche en Valterra se cambió por el bolero Échame a mi la culpa en homenaje a su tío Antonio Gutiérrez, el zapatero. "Nuestro tío Toño era un personaje peculiar: perdió su pierna a los siete años por la polio, pero jugaba al fútbol con muletas, de portero o de medio centro, arbitró partidos con las muletas en medio del campo y fundó dos clubs importantes en el devenir del fútbol lanzaroteño. El Club Deportivo Lomo que fundó junto a Tino "Talega y el Nuevo Club".

Miguel recuerda que su primera actuación en la isla tuvo lugar en el bodegón Los Conejeros tras publicar su primer disco 'El Crimen Perfecto'. Aunque no fue hasta las fiestas de San Ginés en 1993 cuando llenaron el parque Islas Canarias. Acababan de publicar Ángel Guardián. "Siempre nos han tratado muy bien en la isla porque saben que nos sentimos lanzaroteños", afirman. En Vivo (1994), Héroe Antiguo (1996), Hasta el Amanecer, (1999) y Todos los rostros que tuvimos (2000) han hecho de Los Coquillos una de las bandas más importantes de la historia del rock en Canarias. Aunque Miguel confiesa que tiene una espinita clavada. "Creo que solo nos faltó el apoyo de una gran discográfica". Aunque del cariño de los conejeros van sobrados.

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