La regata de navegación de altura más antigua de España se celebra entre Gran Canaria y Lanzarote desde hace 67 ediciones, aunque esta competición se instauró en 1947, hace ya siete décadas (las pruebas de 1951, 1957 y 1958 no se disputaron). Se trata de la Regata de San Ginés, que debe su nombre a las fiestas patronales de Arrecife que se celebran en agosto, aunque en sus inicios la cita náutica era en julio. La última edición finalizó ayer en el Muelle Comercial de Arrecife, a donde arribaron los diez barcos tipo crucero que partieron de la bahía de Las Palmas de Gran Canaria en la tarde del pasado viernes tras recorrer las 113 millas náuticas que separan ambas capitales.

El origen de esta histórica aventura en aguas del archipiélago canario se gestó en los salones del Real Club Náutico de Gran Canaria (RCNGC) cuando los aficionados a la vela decidieron organizar una competición entre los puertos de Las Palmas de Gran Canaria y Arrecife por el sistema de tiempo real, tal y como se recoge en la publicación Casino Club Náutico Arrecife. Regata Internacional de San Ginés. 50 aniversario (1947-1997), del periodista Mario Alberto Perdomo. Desde entonces el Casino Club Náutico de Arrecife (actual Real Club Náutico de Arrecife) colabora en la iniciativa, que coincidió con Federico Coll en la Presidencia de la entidad conejera, en 1947. El RCNA se hizo cargo de la organización en los años sesenta. Perdomo describe la regata como "la prueba más antigua, prestigiosa, dura y de mayor tradición del calendario canario".

Con anterioridad a la celebración de la primera Regata Internacional de Cruceros de San Ginés en 1947, tenían lugar cada mes de agosto durante las fiestas de San Ginés regatas de lanchas costeras, las cuales tenían entre 7 y 11 metros de eslora y eran embarcaciones de vela que faenaban en la costa del continente africano, describe Perdomo. El autor apunta también en su investigación que "los orígenes de la vela en Lanzarote están estrechamente vinculados a la actividad pesquera y a la cultura del mar".

De pegas costeras a regata

Las citadas pegas de lanchas tenían lugar entre el Muelle Chico de Arrecife y La Tiñosa, localidad pesquera de Puerto del Carmen (Tías), con regreso a la capital conejera. El curioso premio, que se entregaba en el Quiosco de la Música, del que en la actualidad hay una réplica en el parque José Ramírez Cerdá, consistía en "el permiso para calar dentro de la bahía de Arrecife y en la boca de Juan Rejón, a la entrada de Puerto Naos, que reportaba entre 500 y 1.000 kilos de pescado, faena en la que todos los regatistas participaban". La Regata de San Ginés fue la única competición de vela hasta que en la década de los sesenta tuvo lugar la primera rivalidad entre el Porteño y el Isla de La Graciosa, de Jorge Toledo, primero en Lanzarote y luego en aguas de la capital grancanaria. El evento lo organizó Manuel Aguiar Márquez.

El ganador de la primera edición de San Ginés fue la balandra de Aviación A-2, con el patrón Tomás Gómez Arroyo al frente. El barco ya no volvió a llevarse el trofeo. Era "la embarcación más lenta que surcaba las aguas canarias, siendo habitual que tocara puerto diez o doce horas después del vencedor", escribe Perdomo.

En 1961 se produjo "el primer y serio intento" de participación de una embarcación lanzaroteña en la regata, con el Timanfaya. Lo construyó Melo Trujillo en la fábrica Nuestra Señora de Las Nieves en Puerto Naos, relata Perdomo. Añade que las casas de seguros cubrían "tan solo el riesgo de hundimiento, pero no otras posible averías y percances, por lo que se decidió no participar en la regata en última instancia tras superar otros y más difíciles obstáculos". Este yate regateó por primera vez en 1964.

Los primeros participantes lanzaroteños a título individual fueron Tito Rosa y Marcial Espino en 1964.

Fue en 1966 cuando el lanzaroteño Rubicón, patroneado por Alfredo Morales (ya fallecido), logró por primera vez el triunfo representando al Casino. Volvió a hacerlo con el Rubicón II en 1975 y 1981. Son solo algunos de sus logros.

El expresidente del Cabildo de Lanzarote Pedro de Armas forma parte de las tripulaciones más veteranas de la San Ginés, en la que participó durante treinta años consecutivos, entre 1974 y 2004, como marinero o patrón, recordó el pasado viernes. Nació en1947, el mismo año que esta gran competición. Debutó con el Rubicón II, de Alfredo Morales en 1974. La última vez que De Armas regateó en esa travesía fue en 2004 con el Cabo Andrés.

De Armas reveló que una de las claves para ganar está en el hecho de que la competición se desarrolla también durante la noche. "La gente no quiere hacer muchos sacrificios y menos por la noche, cuando ya el cansancio es evidente después de varias horas de navegación y, además, mucha gente no está preparada para hacer largas travesías", dijo De Armas. Es precisamente durante la madrugada, cuando De Armas y su tripulación aceleraban en el itinerario cambiando velas o poniendo en práctica otra táctica. "Yo siempre decía que las regatas las sacabas por la noche. Sé que he sido un patrón duro, pero gracias a ese esfuerzo he ganado tantas regatas", manifestó. En su extenso palmarés figuran, entre otros, los tres títulos de San Ginés como patrón con el Magie II (1982, 1983 y 1984); uno con el Xouba (1989); uno con La Geria (1994); otro con el Isla de Lanzarote (1995); y uno con Inalsa Lanzarote (1996).

Víctor Henríquez, responsable de la marina del RCNGC, se llevó el triunfo en el cincuenta aniversario de la regata, en 1997, en la clase Open con el Guarapo. Ha hecho 17 veces esta histórica navegación.

Comentó que "la regata es dura, sobre todo, por la época del año, a finales de julio o a finales de agosto, cuando los vientos alisios soplan más fuertes".

Un dato positivo que para Henríquez tiene el recorrido por medio del cual la flota entraba en Lanzarote por El Río, el brazo de mar que separa La Graciosa y Lanzarote, es que "te ahorras las famosas calmas de Papagayo si vas por El Río".

El grancanario destacó la hazaña que hacían "nuestros abuelos a la hora de embarcarse en esta regata en barcos de madera que no tenían nada que ver con los que hay ahora, con todas las innovaciones técnicas", aseveró.

El hecho de que la San Ginés haya continuado, en opinión de Henríquez, "es por el valor máximo que tiene. Tiene mucho de corazón, no podría explicarlo de otra manera. Se ha organizado por los dos clubes náuticos y en los últimos años es el de Arrecife el organizador oficial. Esta regata ha hermanado a los dos clubes, a Gran Canaria y Lanzarote y a los regatistas de la clase crucero de todas las islas", subrayó.

Si hay un barco con récord de triunfos en la regata ése es el Tirma, del RCNGC. Ganó en diez ocasiones (entre 1953 y 1970), rememoró ayer el presidente del RCNA, Julio Romero.

La competición ha recuperado este año su recorrido original después de finalizar en 2016 en el puerto deportivo Marina Rubicón, en Playa Blanca (Yaiza). El itinerario ha tenido cuatro diseños diferentes. El tradicional partía desde el Puerto de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, hasta el Muelle Comercial de Arrecife. En 1978 se modificó y las embarcaciones tenían que dejar Lanzarote por estribor y pasar por El Río. El tercer intento, con el fin de fomentar la participación de regatistas, consistió en intercalar balizas en la costa sur a la llegada a Lanzarote. La edición de 2016 tuvo la distancia más corta de la historia de la regata con salida en el Puerto de La Luz y meta en Marina Rubicón.