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Odisea atlántica en el 'Kalinka III'

El joven Justin Kusevic Niz idea un sistema pionero de navegación con tres velas en proa tras averiarse los dos pilotos automáticos de su barco en pleno océano

Odisea atlántica en el 'Kalinka III'

El navegante del municipio de Haría Justin Kusevic Niz, de 32 años, pone al mal tiempo buena cara. Nunca mejor dicho. En nueve meses y cuatro días y 8.500 millas de circunnavegación en solitario en el Océano Atlántico, con salida y llegada en Lanzarote, ha vivido un mar de experiencias, incluidas varias averías a bordo de su velero de tan solo 9,25 metros de eslora, Kalinka III. Llegó al Caribe por el sur del Atlántico y regresó a Lanzarote por el norte tras cumplir su sueño.

La aventura comenzó el pasado 23 de noviembre cuando partió desde el puerto deportivo Marina Rubicón (Yaiza) en dirección a Las Palmas de Gran Canaria, donde terminó de poner a punto su barco, entre otros equipamientos, "con la desalinizadora y el radar", explicó Justin. Tras zarpar de Gran Canaria el 5 de diciembre el primer destino al que arribó después de 23 días de navegación fue Martinica, el 28 de diciembre, en el Caribe.

El mal tiempo le sorprendió y tuvo la mala fortuna de que se le rompieran los dos pilotos automáticos de la embarcación y no le quedó más remedio que idear un sistema para continuar su rumbo. "Estuve cuatro días sin dormir y fue muy duro. Cuando conseguí que el barco fuera solo me relajé y no tenía muchas ganas de llegar a tierra", señaló Justin. La solución que inventó y que, según explicó, "no ha sido puesta en práctica hasta ahora por ningún otro navegante en el mundo", consistió en navegar con tres velas pequeñas en la proa, "dos de las cuales daban velocidad y estabilidad y la tercera corregía el rumbo sobre el timón", detalló.

En Martinica esperó 15 días hasta que le llegara por correo la documentación original para justificar el cambio de bandera del Kalinka III. Los siguientes destinos fueron las islas del sur del Caribe hasta Grenada, Islas Vírgenes y Saint Martin en compañía de su novia, Yésica Sartori, quien lo acompañó durante cuatro meses en viajes cortos por el Caribe entre enero y el 24 de abril. El 1 de mayo Justin navegó de Saint Martin hacia Bermuda. El 15 de ese mes abandonó el Caribe y emprendió el regreso a la otra orilla del Atlántico, con destino a Azores, pero ocho días después en mitad del océano colisionó contra un objeto, que no consiguió identificar, que le provocó la rotura en la parte inferior del velero y del timón. "Creo que choqué contra una ballena, pero no estoy seguro. Fue muy difícil llevar el barco durante nueve días hasta Azores, a donde llegué a Faial el 2 de junio para vararlo y arreglarlo, por lo que tuve que esperar una semana para ello", dijo Justin.

La mala suerte le sorprendió otra vez. "Estuve dos meses en Azores para que me repararan el barco y tras botarlo al mar empezó a entrarle agua, por lo que tuve que dejarlo y viajar en ferry hasta la isla de San Miguel a comprar material para el arreglo". Una vez se reparó de forma adecuada, emprendió el regreso a Lanzarote, a donde llegó el pasado 26 de agosto a Marina Rubicón, todo un acontecimiento. Ya piensa en otro viaje, la Mini Transat, regata para la que busca patrocinador.

Justin, que gestiona una empresa de ocio náutico, adquirió el Kalinka III al conocido surfero El Chachi para poder hacer realidad su deseo de dar la vuelta al Atlántico, aunque admite que le hubiera gustado alcanzar Nueva York. Aunque nació en Gran Canaria porque su madre estaba destinada allí como maestra, Fátima Niz, se crió en Punta Mujeres (Haría).

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