Carmen y Reina se han conocido en la casa de acogida que gestiona en el barrio de Altavista (Arrecife) la asociación Flora Acoge. Las dos, de 71 y 57 años, respectivamente, una española y otra hondureña, llegaron allí después de pasar dos noches en la calle y después de tener que dejar la casa en la que vivían por problemas con su nuera y con los hijos de su pareja. Carmen tiene una pensión de 600 euros y Reina tiene a su pareja, Jesús, jubilado. Su problema no es que no puedan pagar una casa, es que no hay viviendas en el mercado y las pocas que hay no las pueden pagar. "Yo podría pagar hasta 400 euros pero es que no encuentro nada por menos de 800", dice Carmen.
Sus casos no son aislados en la Isla. En los últimos meses, esta situación se viene repitiendo de manera insistente. En junio se dio el caso de Gabriela, que se vio en la calle con su madre y con su hija, acampó varios días frente a la puerta del Ayuntamiento para pedir una solución y acabó ocupando una casa en Tías. La acumulación de casos provocó que se gestara una plataforma de afectados, que no ha terminado de cuajar y que se llevaran a cabo varias reuniones promovidas por Ganemos en Arrecife. La concejal de esta formación Leticia Padilla, señala que casi todas las semanas llegan a su despacho casos parecidos. Este partido presentó en marzo una moción en la que pedían que se creara o al menos se estudiara la formación de una agencia de alquiler municipal. La moción se aprobó por unanimidad, pero en mayo se presentó de nuevo otra pidiendo que se llevara a cabo el mandato plenario. También se aprobó, "pero aún no han encargado ni un solo informe para su creación", dice la edil, que también ha solicitado que el Ayuntamiento ofrezca ayuda psicológica a las que personas que se están quedando en la calle o se ven obligadas a ocupar una casa.
Miedo
Este no es el caso de Carmen ni de Reina. Ellas no quieren ocupar. Jesús dice que ellos no quieren vivir con el miedo a que los echen. "Con la edad que tenemos, creo que nos merecemos estar en una casa. Pero no la encuentran. Hay varios factores que afectan a la falta de vivienda para alquilar: la nula política de vivienda en los últimos años, donde no se han construido viviendas sociales, el aumento de los pisos para alquiler vacacional, las viviendas vacías en manos de los bancos que sólo quieren vender pero no alquilar y la desconfianza de muchos propietarios que temen que los inquilinos les destrocen la casa o no les paguen. En distintos grupos de facebook de alquiler y venta en la Isla, hay mensajes de desesperación pero apenas hay ofertas de pisos.
Desde el inicio de la crisis del ladrillo, en el año 2008, apenas se han construido viviendas, y menos aún aún de protección social. En ese tiempo, la población de Arrecife ha crecido en más de 5.000 personas. A este aumento hay que sumar esa presión del alquiler vacacional, un fenómeno que era ajeno a la capital de la isla pero que va en aumento por las preferencias de los turistas y porque la isla está con el cartel de completo colgado de forma permanente.
Los problemas de Carmen se arrastran más atrás. Se queja de que tardó casi un año en que le recibiera la alcaldesa de Arrecife. Ahora ha pedido cita en el Cabildo, con el presidente o el consejero de bienestar social y tampoco le han contestado. Dice que "los políticos se lavan las manos con los problemas de los ciudadanos, porque sobran viviendas que están vacías" y que "solo se ocupan del turismo y no de las necesidades del ciudadano". Durmió dos noches en la calle y ahora pasa casi todo el día en la callede nuevo porque en la casa de acogida no pueden estar entre las 8:00 y las 16:30, y los domingos y los lunes, "hasta las nueve de la noche tenemos que estar en la calle". Así que, algunos días junto a Reina, pasean o se meten en la biblioteca a mirar en Internet anuncios de pisos.
La situación de Reina es parecida. Hay días que come con Jesús, que vive con su hijos en Playa Blanca pero se quiere marchar de allí y vivir con ella, que a su vez vive en el albergue con su hijo, de 22 años. Reina llegó a España, vía Estados Unidos donde tiene otra hija, huyendo de las maras hondureñas que pegaron una paliza a su hijo porque no se quería integrarse en su organización. Se marcharon para no perder la vida y ahora no encuentran una casa en la que vivir. Jesús dice que, además de caros, muchos propietarios piden dos o tres meses de fianza y las inmobilia- rias también piden un mes. "¿De dónde saco yo ese dinero?", se pregunta. "Algunos no alquilan por miedo a que les estropeen el piso pero a mí me gusta cuidar mi casa, y no me puedo comprar una porque con 62 años no me dan una hipoteca", dice. Ha ido a varias oficinas bancarias a ver si le alquilan algunas de las viviendas que tienenpero sólo le ofrecen comprar y en otra casa que le dijeron que acudiera a ver, cuando llegó, alguien se había metido ya a ocuparla.
Por su parte, Padilla destaca que el Ayuntamiento de Arrecife, a pesar de todos los problemas que hay de vivienda y de que ya los había el año pasado, en 2016, de la partida destinada a subvencionar alquileres, de 120.000 euros previstos, sólo se gastó 7.200.
