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La Policía encontró la cabeza de un fémur junto a restos óseos quemados

La madrastra de Verónica aseguró que halló el cuerpo inmóvil de la joven en su cama y culpó al padre de hacer desaparecer el cadáver

La Policía encontró la cabeza de un fémur junto a restos óseos quemados

La cabeza de un fémur y restos óseos quemados. Ese fue el macabro hallazgo que se encontró en febrero de 2013 un policía nacional durante el registro a la vivienda de Tinajo en la que residía Verónica Molina, cuando intentaba averiguar cuál era el paradero de la joven después de que su hermano denunciara su desaparición.

Los estudios genéticos realizados a estos restos óseos han determinado que son un 99% compatible genéticamente con José Luis Molina, el hermano que presentó la denuncia ante la policía. El fémur es el hueso del muslo, el segundo segmento del miembro inferior. Es además el hueso más largo, fuerte y voluminoso del cuerpo humano, por lo que previsiblemente evitó que el fuego lo destruyera totalmente.

El juzgado de lo Penal número uno de Arrecife acogió ayer la segunda sesión del juicio que se sigue contra la madrastra de la joven desaparecida, Carmen Delia Tejera y sus dos hijos, Zeus y Keila Montolio Tejera. La fiscalía pide para Carmen Delia tres años de cárcel por malos tratos con la circunstancia agravante de reincidencia y abuso de superioridad y cinco meses de prisión por profanación del cadáver. Para Zeus se pide tres años por malos tratos y para Keila cinco meses de cárcel por profanación del cadáver.

Durante la vista oral uno de los agentes que participaron en el primer registro de la vivienda aseguró que la madrastra le relató de forma espontánea, antes de leerle sus derechos, que en julio de 2012 se encontró a Verónica en su cama sin moverse y con los ojos abiertos. Así tras llamar al padre de Verónica con el que convivía, éste le dijo que se marchara de allí que él ya se encargaba de la situación. Según su declaración, fue el padre de Verónica el que podría haber trasladado el cuerpo hasta un cuarto que utilizaban como taller desde donde salió con una maleta con los huesos.

Se cree que posteriormente los huesos fueron quemados y enterrados en el jardín. Las obras para colocar unas tuberías de agua pudo provocar que se desenterraran los restos óseos que fueron colocados en una bolsa negra dentro de una mochila en una grieta situada en la parte trasera del domicilio.

Otro de los policías que se encargó de localizar a la madrastra tras darse a la fuga cuando se encontraron los huesos recordó que cuando encontraron a Carmen Delia , estaba muy agitada y nerviosa e incluso les llegó a decir que quería quitarse la vida. "No quería matarla solo la escondí" fueron sus palabras. El padre de Verónica falleció en el hospital José Molina Orosa de Arrecife días después de ser detenido al padecer un cáncer en estado muy avanzado. Su fallecimiento ha impedido que la causa por asesinato siguiese adelante.

La acusación particular trató ayer, sin éxito, de que los policías que acudieron a los registros, determinaran el lugar exacto donde dormía Verónica. Aunque se cree que podría compartir un cuarto con dos perros y sin apenas luz lo cierto es que se desconoce las condiciones de salubridad en la que residió durante los últimos años de su vida. En la primera sesión del juicio que finaliza hoy con las conclusiones, varios vecinos relataron que a la joven la veían sucia, desnutrida y muy delgada.

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