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Una lancha viento en popa

Los alumnos del curso de carpintería de ribera que imparte Agustín Jordán construyen una embarcación tradicional de la costa de Arrecife

Agustín Jordán, el pasado viernes, junto a la lancha en construcción y sus alumnos Carlos Martín, Manuel Espinosa y Francisco Rodríguez, en el taller de la Escuela de Arte Pancho Lasso, en Arrecife. A.F.

El lanzaroteño Agustín Jordán es uno de los últimos carpinteros de ribera que quedan en Lanzarote. Aprendió el oficio en los años ochenta del siglo pasado de mano de su maestro, Vicente Dorta Feo, lecciones que sigue transmitiendo a las nuevas generaciones.

Agustín imparte en la Escuela de Arte Pancho Lasso, en Arrecife, las clases del taller de iniciación a la carpintería de ribera, que comenzaron el pasado mes de mayo y que financia el Área de Patrimonio Histórico del Cabildo de Lanzarote. Entre ocho y diez alumnos acuden cuatro horas diarias en horario de tarde, de lunes a viernes, a recibir sus explicaciones.

El maestro asegura sentirse "muy contento" con el avance de sus pupilos. "No esperaba que aprendieran tan rápido teniendo en cuenta que apenas llevamos cuatro meses de clases y que en julio y agosto no hubo por las vacaciones". La formación se extenderá hasta el próximo enero tras 440 horas de enseñanza, que estarán reconocidas por la titulación que dará la Universidad de Laguna.

Los aprendices, guiados por su profesor, acaban de armar el esqueleto de una lancha tradicional a remo, con capacidad para entre diez y doce personas, de nueve metros de eslora y 2,20 metros de manga, realizado en madera de sapeli y morera. Juntos han diseñado y trazado desde el principio todas las piezas de esta obra náutica.

La iniciativa de construir ese tipo de embarcaciones se debe a la intención de Agustín de "recuperar las regatas de lanchas en la costa de Arrecife y fomentar la rivalidad sana entre los barrios, pues queremos que cada barrio tenga su propia lancha para poder competir". El maestro añadió que "la idea es que los chicos hagan nuevas lanchas".

Manuel Espinosa, uno de los asistentes, es marinero en La Bocaina, la embarcación que usan los alumnos de la Escuela de Pesca de Arrecife para hacer sus prácticas, centro en el que se sacó su titulación de patrón de altura. "Esta formación no tiene nada que ver con los trabajos que he tenido. Aquí te metes en las entrañas de un barco", aseguró. Su compañero Francisco Rodríguez es carpintero y escultor de formación. Reconoce que "lo más difícil es dibujar los planos".

A Carlos Martín, autónomo de profesión, la carpintería y los barcos le han llamado la atención desde chico y este curso le ha dado la oportunidad de aunar sus dos pasiones. Destacó que "puedes aplicar facetas de este oficio a la tonelería o las embarcaciones de fibra".

El secreto del trazo tradicional en el barco, de la editorial Mercurio, es el primero de los libros en los que Agustín difunde sus conocimientos y el primero de los publicados en España en ese ámbito. Se vende en prestigiosas librerías náuticas de Madrid y Barcelona, donde ha impartido clases junto a lugares como Cádiz y Murcia. Prepara el segundo volumen de su obra.

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