El Aeródromo Militar de Lanzarote se prepara para convertirse en base de despliegue de las nuevas aeronaves tripuladas con control remoto tras asignar el Ministerio de Defensa esas instalaciones como lugar desde el que se realizarán misiones que contribuirán de forma decisiva a la seguridad y defensa del archipiélago canario y el resto de España.

Las obras de acondicionamiento para acoger esos aparatos están en curso, avanzó ayer el coronal jefe del aeródromo, Pedro Alejandro García Sipols, con motivo de la festividad de la Virgen de Loreto, patrona de la Aviación Española. Precisó que los trabajos que se han tenido que hacer en la unidad lanzaroteña han sido "mínimos", toda vez que los dos hangares que existen tienen capacidad cada uno para alojar dos aeronaves de las características de las que se desplegarán en la Isla. "El tamaño de cada avión es de unos 22 metros de largo, como un Binter, aunque de menos altura", detalló el coronel.

Defensa está en proceso de adquirir cuatro aparatos MQ-9 Reaper para labores de inteligencia y reconocimiento no armado, que se prevé estén operativos a lo largo del año que viene y que tendrán como base principal Talavera la Real (Badajoz). Estos drones serán pilotados desde dos estaciones de control móviles desde tierra.

"Las aeronaves no estarán en permanencia en Lanzarote, pero cuando ya estén declaradas operativas se iniciarán los despliegues y estarán en esta unidad para funcionar exactamente igual que desde la base principal", explicó el coronel.

García Sipols destacó que "Lanzarote está en un enclave estratégico que será muy importante para lanzar misiones de reconocimiento y vigilancia en zonas que son próximas al archipiélago canario, como es el espacio entre el norte del continente africano y el Golfo de Guinea".

La asignación del aeródromo como base de despliegue de estos nuevos aviones ha significado este año "un punto de inflexión" para estas instalaciones, aseveró el coronel. Se refirió también a otras acciones en las que ha colaborado este año el aeródromo, entre ellas el apoyo regular a varias unidades en el cumplimiento de sus misiones y ejercicios tanto de los ejércitos del Aire y Tierra, la Armada y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de países aliados. A su vez, se operó por primera vez en el aeródromo el Airbus A400M, "futura piedra angular del transporte aéreo estratégico del Ejército del Aire", subrayó el coronel.

En el acto de este domingo se recordó a los militares fallecidos en acto de servicio y también hubo un desfile que presenciaron los invitados militares y civiles.

Uno de los momentos más emotivos fue la imposición de las condecoraciones de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. El capitán Jorge Luis López y los sargentos primero Antonio Díaz y Arturo Rodríguez recibieron las encomiendas, mientras que la cruz la recogió el sargento primero Jordi Frederic Llario.

La Cruz de Plata a la constancia en el servicio la recibió Santiago Vicente y las de bronce los cabo María Luz Andrés, Roberto Carlos Fuentes, Manuel Santana, Roberto Carlos Acosta y Aarón Agustín Alonso y los soldados Jairo Fermín González y Ayose Jesús Perdomo.

Con la Cruz del Mérito Aeronáutico con Distintivo Blanco fueron condecorados el sargento Alejandro Ortega; el cabo primero de la Guardia Civil José Ramón Gallego; los cabos Ángel Ramón Díaz, Eusebio Egea y Penélope Pérez; los soldados Marcos Cabello, Carlos Javier Márquez, Ayose Antonio Cabrera y Ayose Perdomo; el capitán Jorge Luis López; y el personal laboral Juan Francisco Rodríguez y Carlos Castañeda.

Quienes no olvidarán tampoco el día de ayer son los diez civiles que formaron parte de la primera reclutada que hizo el servicio militar en el aeródromo lanzaroteño en 1987 y que treinta años después se reencontraron en el mismo lugar. "Estamos muy emocionados de estar aquí y recordar nuestras batallitas de la mili", indicó José Duarte, uno de los promotores del reencuentro.