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Inmigración Nueva tragedia en aguas de Lanzarote

"No piensas que vas a perder tu vida sino a salvar a las personas en riesgo"

El guardia civil de Costa Teguise que rescató a uno de los inmigrantes que estaba con cinco cadáveres a la deriva en la lancha relata su hazaña junto a un socorrista

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Minutos de silencio por la muerte de siete inmigrantes llegados a Lanzarote

La imagen de cinco inmigrantes fallecidos y tres supervivientes "debatiéndose entre la vida y la muerte" en el interior de la lancha neumática de unos seis metros de eslora que quedó a la deriva el pasado lunes en aguas de Costa Teguise con el motor averiado era "bastante desoladora". Así describió ayer esta dramática situación el agente de la guardia civil del destacamento de Costa Teguise con número de identificación N87171P que no dudó en subirse a una moto de agua junto a un socorrista de la playa de Las Cucharas para acudir al rescate de las personas de la barcaza que no saltaron al mar en la cala de rocas próxima a Playa Bastián.

Llevaban dos días de viaje en la travesía desde el sur de Marruecos hasta Lanzarote con otros 19 indocumentados y no se encontraban en condiciones para abandonar la barcaza. Los indocumentados que estaban en mejor estado de salud, aunque agotados por las duras condiciones del trayecto, fueron los que decidieron lanzarse al mar a una distancia de entre 40 y 50 metros de la orilla, ya que la embarcación no se acercó más a tierra.

El guardia civil estaba de patrulla realizando labores de seguridad ciudadana en Costa Teguise cuando recibió el aviso desde Las Palmas de Gran Canaria a través de la radio de transmisiones de "la llegada de una patera con varios adultos y menores dentro".

"Nos dirigimos al lugar y vimos que había en las rocas doce o trece varones de origen subsahariano con la ropa mojada y les facilitamos mantas térmicas. Al fondo, la neumática se alejaba de la costa en dirección a Arrecife por la fuerte corriente que había", relató el guardia civil. Añadió que en la zona escuchó decir a un socorrista que había acudido a asistir a los magrebíes que tenía una moto de agua para realizar sus servicios y se dirigió a él para proponerle hacer uso de ese vehículo para el rescate. No había tiempo que perder.

Rumbo a Las Caletas

"Los inmigrantes que estaban en tierra decían que entre siete y ocho personas seguían en la lancha y, posiblemente, algunos son menores de edad y estaban bastante mal", recordó el agente. A continuación se dirigió en coche junto al socorrista a la playa de Las Cucharas a coger la moto de agua. "Me puse el traje de neopreno y fui con él en la moto desde Las Cucharas y nos dirigimos a buscar la embarcación, que ya se había alejado un par de millas por el viento y la mala mar de Playa Bastián y estaba próxima a la central eléctrica de Endesa, junto a Las Caletas", explicó el guardia civil. Precisó que "en ese momento no piensas en que vas a perder tu vida sino en salvar las de los demás, y más cuando te dicen que hay menores en riesgo".

Al alcanzar la lancha, el socorrista se subió a la misma y el guardia civil se quedó maniobrando la moto de agua. "Me comentó que posiblemente habría cinco o seis fallecidos y dos o tres con síntomas vitales". A continuación remolcaron la barca en dirección a Playa Bastián, la cual en varias ocasiones se desprendió del cabo que la amarraba a la moto. Mientras tanto, se les acercaba la zodiac de Windsurfing Club Las Cucharas con un tripulante a bordo. A esta embarcación subieron los dos inmigrantes que presentaban los peores síntomas de salud para que los trasladara a tierra.

La tercera persona que estaba con vida en la barcaza la subieron a la moto acuática. El socorrista y el guardia civil viajaron en la moto junto a este tercer rescatado.

De camino a Costa Teguise iba la embarcación de Salvamento Marítimo Al Nair, con base en Arrecife, que se hizo cargo de la lancha, "anegada de agua", con los cinco cadáveres en su interior. A su vez desde Corralejo había salido la patrullera de la Benemérita Río Orbigo.

"Los fallecidos eran menores de entre 16 y veintipocos años y llevaban varias horas sin vida por el color que presentaban sus rostros", dijo el guardia civil.

"Al llegar a Playa Bastián le quitamos la ropa a la persona que trasladamos en la moto de agua y la empezamos a tapar con los uniformes de nuestros compañeros. Teníamos dispuesto el desfribilador porque estaba a punto de entrar en parada cardiorespiratoria, pero al final se salvó", detalló el agente. Sin embargo, uno de los que viajaron en la zodiac de la escuela de windsurfing falleció a causa de una parada cardiorespiratoria de la que no pudo salir y el otro fue trasladado al Hospital General.

El funcionario de la Benemérita lleva una década en el cuerpo y asegura que el servicio del pasado lunes es el más difícil que ha tenido en su vida. Al regresar al cuartel de Costa Teguise, los inmigrantes que habían sido trasladados hasta allí le agradecieron la hazaña por salvar la vida a sus compañeros de tan dramática aventura.

El motor de la lancha de la tragedia era antiguo y de solo veinte caballos de potencia, apuntó el guardia civil, insuficiente para una embarcación de esas características. Teniendo en cuenta la sobrecarga de personas que llevaba y las malas condiciones de la mar, el trayecto desde el sur de Marruecos se alargó y endureció.

Declaraciones pendientes

El juez del Juzgado de Instrucción Nº 4 de Arrecife ha prorrogado la detención hasta hoy del supuesto patrón de la embarcación neumática mientras se termina de recabar información con la toma de declaraciones al resto de supervivientes, informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

La Guardia Civil identificó en la tarde del lunes a un varón magrebí como presunto autor de un delito de homicidio imprudente -a raíz de los siete inmigrantes fallecidos- y de otro contra el derecho de los trabajadores. Los indocumentados, según la Policía Nacional, pasan hoy a disposición judicial. De las veinte personas que lograron salvar su vida, diez son supuestos menores y se está a la espera de que las pruebas radiológicas confirmen o desmientan ese hecho, manifestaron desde la Policía Nacional. Mientras tanto, al menos, siete están ingresadas en dos centros de menores del Cabildo, confirmó la consejera de Bienestar Social, Mayte Corujo. Las cuatro personas que permanecían ingresadas en el hospital por hipotermia y golpes en una rodilla y en el rostro ya han sido dadas de alta, indicó la Policía Nacional.

El presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, apeló ayer a "la labor que debe realizar la alta política internacional para evitar que desgraciadamente muchas personas tengan que arriesgar sus vidas en busca de un futuro mejor".

Por su parte, el alcalde de Haría, Marci Acuña, solicitó al Gobierno de España que "se extremen las medidas de vigilancia y control en las fronteras y en el mar para evitar que en el futuro vuelvan a suceder hechos tan dramáticos como este".

La alcaldesa capitalina, Eva de Anta, manifestó que "la responsabilidad de cualquier institución pública es salvaguardar los derechos de estas personas y trabajar para que se amplíen los controles necesarios y se eviten desgracias como la sucedida ayer". Su homólogo en Tías, Pancho Hernández, lamentó que los inmigrantes" hayan perdido el viaje de sus sueños".

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