La sección segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas juzgará el próximo 22 de febrero en Arrecife a una joven de 22 años por un delito de homicidio en grado de tentativa tras haber intentado acabar con la vida de sus padres en compañía de otros cuatro menores, entre ellos su hermano también menor de edad. Según el escrito de la Fiscalía, los hechos se remontan a octubre de 2015 cuando la acusada, Nora S.L. "con el fin de atentar contra la vida de sus padres de mutuo concierto con los menores se concertaron a través de Whatsapp para planificar y ejecutar la muerte de los mismos el 4 octubre del referido año". La Fiscalía pide para la joven cuatro años y cinco meses de prisión y la pena accesoria de prohibición de acercarse a menos de 500 metros de su padre tanto de su domicilio particular, trabajo o cualquier otro lugar que frecuente. Además se le prohibe comunicarse con él por cualquier medio durante cinco años y seis meses.

Según el escrito de la Fiscalía "con el propósito de llevar a cabo su plan macabro" el 4 de octubre previo concierto de lugar y hora acudieron la procesada y los cuatro menores de edad (respecto a los cuales se sigue expediente de reforma por estos hechos ante la jurisdicción de menores) al domicilio de sus padres en Costa Teguise. Una vez en el interior, señala la Fiscalía, la procesada y los menores de edad, previo reparto de papeles sobre las 21.00 horas del 4 de octubre, aprovecharon un momento de confianza cuando los padres realizaban tareas cotidianas en el hogar para que uno de ellos le propinara al padre dos puñaladas con un cuchillo de cocina causándole heridas en el cuello y en la región cervical derecha que podría haberle costado la vida.

Auxilió a su padre

En el escrito de acusación del Ministerio Fiscal se destaca que la procesada después de que se cometiese la agresión acudió inmediatamente en auxilio de su padre colocándole un trapo en el cuello para que no se le saliese la sangre y ayudó a su madre para que llamase rápidamente a una ambulancia prestando asimismo una colaboración activa con la Guardia Civil para la identificación del menor autor de las puñaladas.

No obstante, el padre de la joven no ha querido ser reconocido por el médico forense y ha renunciado expresamente a cualquier tipo de indemnización que pueda corresponderle por las lesiones y secuelas sufridas. La procesada que en el momento de los hechos estaba a punto de cumplir los 19 años, según un informe pericial psicológico realizado en el 2015, contaba con una edad mental aproximada de 15 años y seis meses "lo que indudablemente ha influido en la no comprensión de la ilicitud del hecho por ella cometido". La joven estuvo en prisión provisional por esta causa desde el 7 de octubre de 2014 hasta el 26 de febrero del año 2015