El Consejo de Gobierno del Cabildo de Lanzarote se opuso en su reunión del pasado jueves a la declaración de interés público que concedió el Gobierno de Canarias a los parques eólicos Maresía I y II, promovidos por la empresa Satocan Energía, S.L. en el municipio de Tías con una inversión global de 6,9 millones de euros y tres molinos. Los informes de la Consejería de Medio Ambiente, el Plan Insular de Ordenación del Territorio, la Reserva de la Biosfera, el Consorcio del Agua de Lanzarote y del Ayuntamiento de Tías son desfavorables a este nuevo proyecto de energías renovables, de iniciativa privada y al margen de un concurso de asignación de potencia, asegura el Cabildo. La institución propone a la Dirección General de Industria y Energía del Ejecutivo regional que tenga en cuenta esos pronunciamientos negativos. El pasado 4 de enero la dirección general solicitó al Cabildo un informe con todas las observaciones y alegaciones sobre el estudio de impacto ambiental de las infraestructuras.

Los dos parques eólicos son incompatibles con las determinaciones del Plan Insular, que impide en el área de interés agrario de lasVegas de Tías, Mácher y San Bartolomé este tipo de instalaciones. Además, ambos parques se pretenden ejecutar en suelo de propiedad privada, apunta la corporación, y "ya hay aproximadamente 40 vecinos del municipio a los que se les expropiaría que han expresado su disconformidad con la realización de Maresía I y Maresía II".

El Ayuntamiento de Tías se opone también a los mismos porque en las ubicaciones donde se pretenden instalar, uno en Los Topes y otro cerca del cementerio, el Plan General de Ordenación del municipio prohíbe ese tipo de estructuras y a su vez supondrían "un gran impacto paisajístico" por su proximidad a los núcleos y vías circundantes, dentro de un suelo agrícola protegido por sus valores económicos y de paisaje de vegas de cultivos en enarenados, propios de Lanzarote.

El presidente insular, Pedro San Ginés, aclaró ayer que la institución no se opone a la penetración de las energías renovables en el sistema eléctrico insular, sino que promueve el incremento de las mismas, pero pide que las actuaciones sean consensuadas. Para ello se creó la Comisión Ejecutiva para el Cambio del Modelo Energético, que depende del Consejo de la Reserva de la Biosfera, entidad que celebra comisiones mensuales en las que se debaten y ejecutan proyectos de máxima importancia para la Isla en materia de energías renovables y eficiencia energética. El objetivo del Cabildo, refleja en su estudio la empresa 3iDS, es llegar al 75% de penetración de energías renovables en Lanzarote en el año 2034.

Cambio de modelo energético

El Cabildo trabaja en el cambio de modelo energético, en coherencia con la Reserva de la Biosfera, y trata de aprovechar el mismo para aumentar la cohesión social, la implicación y responsabilidad social y el reparto de riqueza de los recursos propios. Todos los ayuntamientos de la Isla decidieron pasar la gestión del ciclo integral del Agua al Consorcio del Agua, formado por los siete consistorios y el Cabildo. Y a su vez el Cabildo encomendó al Consorcio del Agua en 2013 poner al servicio de la estrategia Lanzarote sostenible 2020 y del desarrollo de energías renovables los recursos económicos presentes y futuros del consorcio y Eólicas de Lanzarote, acuerdo respaldado por los siete municipios. En la propuesta se recalca que tanto el agua como la energía son recursos claves, fundamentales y estratégicos para Lanzarote y como tales "deben estar gestionados desde lo público como garantía de equilibrio para la población local".

Por otro lado, en el informe del Consorcio del Agua se concluye que la ejecución de Maresía I "supone un riesgo directo e innegable a los parques eólicos promovidos por el Consorcio del Agua, a través de Inalsa, desde el punto de vista del acceso a la red eléctrica y de la retribución a obtener por la venta de energía". Las entidades insulares han pactado que deben destinar el 9% de los ingresos anuales generados por la venta de la energía a sufragar iniciativas públicas de naturaleza energética, social o medioambiental, aspecto que los parques Maresía I y Maresía II no recogen, afirma el Cabildo.