Construir un parque en una parcela que ha costado 20 millones de euros o darle aprovechamiento urbanístico para que el Ayuntamiento de Arrecife pueda recuperar una parte de la indemnización que va a tener que afrontar en los próximos años por la venta de la parcela de Ginory de 11.552 metros cuadrados a empresas privadas para construir edificios de hasta siete plantas junto al Charco de San Ginés. Ese es el dilema al que se deben enfrentar los partidos políticos del consistorio de Arrecife una vez que los juzgados fijen el modo de pago a los propietarios de estos terrenos.
Los propietarios del suelo son los diez hijos del matrimonio, ya fallecido, formado por el ingeniero Antonio Arrechea Goyeneque y Aurora Fúster Conrado. Antonio Arrechea era el propietario de la empresa Litos Canarias que adquirió esa parcela hace más de 40 años cuando había una fábrica de salazón con la idea de realizar una promoción de viviendas en Arrecife, al igual que habían llevado a cabo en otras islas del archipiélago. Las negociaciones con el Ayuntamiento las lleva uno de sus hijos, el arquitecto Antonio Arrechea, con varias empresas en Madrid relacionadas con la arquitectura y la promoción inmobiliaria. La familia nunca ha vivido en Lanzarote residiendo la mayoría en la capital de España.
El precio de la parcela se fijó en el año 2010 aunque el Ayuntamiento no recurrió ante los juzgados el precio del terreno después que el Plan General de 1991 lo calificase como espacio público. Al no haberse compensado a los propietarios con otros terrenos se han tenido que expropiar tras llevar al Ayuntamiento a los tribunales para poder cobrar.
Ahora en el borrador del Plan General Supletorio se ha decidido otorgarle el aprovechamiento urbanístico que permitiría al Ayuntamiento recuperar parte de los 20 millones si apuesta por la venta de unos terrenos calificados como urbano consolidado.
Sin embargo, la decisión última estará en manos del consistorio municipal, a través de la Mesa del Territorio con representación de todas las fuerzas políticas de la corporación que está previsto que se convoque para analizar el futuro planeamiento. La alcaldesa de Arrecife, Eva de Anta, anunciaba a principios de enero que se iba a convocar esta Mesa del Territorio aunque hasta el momento no ha fijado ninguna fecha. Un órgano que también podría explorar otras vías como la construcción de un aparcamiento subterráneo cuya edificación y gestión podría ser adjudicada a una empresa privada para amortizar la inversión.
En el Plan se permite la construcción de edificios de hasta siete plantas de altura, aunque define una serie de medidas ambientales para reducir el impacto paisajístico en la zona. "Se deberá procurar el retranqueo de las primeras plantas de la edificación con fachada al paseo de Charco de San Ginés, procurando un boulevard de transición. En cualquier caso, se deberán adoptar las medidas, de tipología constructiva y de acabado de las edificaciones, necesarias para una adecuada integración paisajística en un ámbito tan singular", señala el documento.
El Plan permite que en la planta baja de las nuevas edificaciones sea clasificada lucrativa como uso terciario o cualquier otro compatible con el uso residencial. Es decir que se deja abierta la posibilidad de abrir negocios de restauración al igual que sucede con los actuales edificios ubicados en el paseo del Charco. En caso que el Ayuntamiento se decante por el aprovechamiento urbanístico como contempla el Plan General Supletorio en la parcela también se incluiría un espacio libre público de 4.118 metros cuadrados.
