Ángel Stanich Band guió en el mediodía de ayer "la guagua cósmica" con la que realizó un recorrido de casi dos horas en el concierto que ofreció en el Monumento al Campesino, con todo el aforo de 400 localidades vendido y con paradas en la acidez lírica de las letras que salen del ingenio surrealista o lisérgico del líder del grupo, el santanderino Ángel Stanich, alias del compositor, cantante y músico de rock alternativo Ángel Estanislao Sánchez.

La tierra de Lanzarote no es un escenario nuevo para Stanich, que ya actuó en solitario en 2015 en Bodegas El Grifo dentro del mismo festival Sonidos Líquidos con el que la organización, Arenao Consulting&Management y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Lanzarote, se apuntó este domingo otro día épico, en alusión a uno de los títulos de las canciones de Antigua y Barbuda (2007), el disco que Stanich y su banda presentaron con éxito en El Campesino tras actuar la noche anterior en The Paper Club, en Las Palmas de Gran Canaria.

La mezcla de estilos con el acento irónico que despliega la incontenible y sorpresiva personalidad de Stanich en sus composiciones, que no dejan indiferente a nadie, aterrizó en el centro turístico del Cabildo de Lanzarote, situado en Mozaga, junto a la carretera que conduce a La Geria, ante un público ávido de escuchar a un cantante y un grupo ciertamente distintos en un entorno también diferente.

El viaje comenzó con Cosecha. "La cosecha se perderá si tú no la ves venir. Y la Tierra te hablará, si das lo mejor de ti". Es la primera estrofa que sonó en la actuación de Ángel Stanich Band, antesala de Escupe fuego, el segundo de los temas que interpretó.

"Tu amor no arde. Sólo escupe fuego", otras llamas distintas a las de la tierra quemada lanzaroteña tras las erupciones acontecidas en el periodo comprendido entre 1730 y 1736 y el año 1824 que transformaron el paisaje isleño con el que se mimetizó Stanich al bautizarse como "Juan Ángel Timanfayer", en alusión al Parque Nacional de Timanfaya, cuyo territorio surgió de la furia volcánica.

El psicodélico trayecto continuó, entre otros caminos, con Un día épico y Galicia Calidade. "Gracias por venir, ya sea por el sonido o lo líquido. Ahora nos vamos a coger un Binter hasta Vigo porque nos vamos hasta Galicia", le dijo Stanich al público oculto en su abultada pelambrera y frondosa barba antes de presentar a los músicos que lo acompañaban.

Tras abrirse el río Miño "como un paso de cebra" y cerrarse con la misma "cuando pisamos tierra", Stanich se metió en la danza Hula Hula, que da título a otra de sus creaciones.

En su repertorio en El Campesino también introdujo Mezcalito, el segundo single de su debut Camino Ácido (2014) con el que buscó algo que le ayude "a ser más vivo", como reza una de sus estrofas. Continuó con Señor Tosco, de Siboney (2017) aperitivo de Antigua y Barbuda (2017) y pisó el acelerador con Carbura! (2015) antes de anunciar su despedida: "¡Oye, niño. Nos vamos ya", avisó.

Fue entonces cuando disparó con los acordes de Metralleta Joe ( Camino Ácido, 2014), previo a convertir la "guagua cósmica" en un camión para poner en escena ¡Mátame camión!, el final de su trayecto con salida del escenario incluida que le llevó a mezclarse con los viajeros de El Campesino y brindarles un apoteósico final tendido en el suelo, como si ya no le quedarse un respiro de vida en su particular universo.

Así, con todas sus esencias, terminó su actuación en Lanzarote el genuino Stanich, un ermitaño del pop que sin conceder entrevistas ni promocionar sus trabajos se ha aupado hasta un lugar destacado en la música alternativa española.

Como él mismo canta en ¡Mátame camión!, "¿Qué dirá la prensa? ¿Qué dirá la prensa? Si no haces entrevistas, que digan lo que quieran. Acaso hay un motivo por el que deba retratarme de este amor tan repentino por inmolarme".

Sonidos Líquidos no es tal sin el el maridaje del vino y la gastronomía con productos de Lanzarote. El rosado de Bodegas Guiguan dio la bienvenida a los festivaleros, quienes continuaron el brindis con un malvasía seco de Vulcano, que acompañó al aperitivo de ceviche de atún rojo maridado con vino malvasía y una base de tomate, cebolla caramelizada y mango, servido sobre una tosta.

Después llegó el taco de cherne confitado con puré de batata y chips de morena frita junto a la copa de Diego blanco seco de Los Perdomo. Por último, el Manto semidulce de La Geria fue el caldo que se sirvió junto al chupito de mus de gofio con compota de plátano. Un menú para despedir la jornada dominguera con buen sabor de boca. Los vinos son de bodegas pertenecientes al Consejo Regulador y la cocina del Monumento al Campesino elaboró las tapas.

Mientras la música sonaba, tres integrantes del colectivo Urban Sketchers de Lanzarote plasmaban trazo a trazo con sus dibujos en sus libretas el paisaje rural y sonoro del domingo. "Cada concierto es diferente., otro lugar, otros colores", manifestaron las dibujantes María Herrera y Lagaby Ga.