Si no fuera cierto se podría decir aquello de "¡mira que tienes cosas de bomberos!". Bomberos son los únicos que disponen en Las Palmas de Gran Canaria de un quitanieves preparado para despejar las carreteras de las altas montañas en caso de nevada. A falta de nevadas y de altas montañas, no sólo en la ciudad sino en la Isla, el vehículo ha dormido el sueño de los justos durante cinco años en el parque de Bomberos de Miller Bajo, de donde no ha salido nunca porque nadie lo necesitó. El Ayuntamiento se plantea ahora qué hacer con él y una de las opciones es venderlo de segunda mano, aunque está casi de paquete, y recuperar parte del cuarto de millón de euros que se pagó por el quitanieves.

Según reza en la web oficial del Ayuntamiento (www.laspalmasgc.es), Las Palmas de Gran Canaria cuenta con una altitud máxima en el municipio de 300 metros, una mínima de ocho metros, 43 kilómetros de costa, y "el mejor clima del mundo", con temperaturas medias de 17 grados en invierno y 25 en verano. Ninguno de estos condicionantes geográficos parecen propicios para que la capital grancanaria sufra una nevada de más de un metro de altura, pero Las Palmas de Gran Canaria tiene un quitanieves.

El quitanieves fue adquirido por el último gobierno municipal de José Manuel Soria, en 2003. El entonces concejal de Seguridad, Domingo Bueno, bendijo una adquisición que costó a las arcas municipales nada menos que 250.000 euros. Tanto alcalde como concejal presentaron la compra de un vehículo tan poco apropiado para una ciudad costera a 200 kilómetros del desierto del Sahara, con la sana convicción de que serviría para despejar las carreteras de la Cumbre en caso de nevada, o para ayudar a despejar de vehículos las calles de la ciudad en caso de colapso multitudinario.

El tiempo ha demostrado que ni una cosa ni la otra. Las nevadas que ha habido en la Isla, por lógica geográfica, no han demandado un quitanieves tan sofisticado. En 2005, cuando nevó en Tejeda, bastó con un tractor con una pequeña pala. Y en el caso de siniestro múltiple, tampoco sirve. Según especialistas del cuerpo de Bomberos, la pala del vehículo es demasiado grande para poder operar por la mayoría de calles de la capital, en las que se quedaría atascado en caso de salir por la puerta del parque de Miller Bajo.

El recién nombrado director general de Seguridad, Sebastián Montesinos, se quedó tan sorprendido al ver semejante artilugio en la capital, que ahora le quiere buscar una utilidad tras un lustro con el motor parado. En un principio se pensó en donarlo al Cabildo para que lo utilice en las carreteras de la Cumbre, pero el Consorcio de Bomberos de Gran Canaria cuenta ya con dos máquinas quitanieves.

Curiosamente, ambos vehículos insulares fueron comprados por el consejero Domingo Bueno bajo el mandato de José Manuel Soria como presidente, lo que puede hacer pensar que ambos políticos sienten pasión por los quitanieves. Por eso, el Ayuntamiento se plantea sacar a la venta el inédito vehículo y recuperar parte de la cuantiosa inversión.

Si le interesa un quitanieves, pregunte en el Ayuntamiento.