El equipo docente del IES Franchy y Roca acumula una amplia experiencia en la atención a la diversidad. No en vano, el instituto de La Isleta fue pionero en la puesta en marcha de las aulas enclave en la capital grancanaria. En la actualidad disponen de dos aulas donde reciben atención nueve alumnos, todos ellos varones, con edades comprendidas entre los 14 y 21 años. Manuel Bouzas es uno de los dos especialistas en pedagogía terapéutica responsables de alcanzar el lento pero gratificante objetivo de convertir a sus alumnos en seres autónomos. Además, las aulas enclave también disponen de dos adjuntos a los talleres.

En la clase de Manuel Bouzas hay alumnos con distintas discapacidades psíquicas que limitan su capacidad intelectual, verbal y, en ocasiones, también padecen trastornos motóricos. Manuel elabora un plan académico diferente para cada uno de sus alumnos, de acuerdo a sus posibilidades. Esta planificación también contempla la integración de la mayoría en las aulas ordinarias donde coinciden con el resto del alumnado del centro de enseñanzas secundarias en asignaturas como música, lengua española, plástica, inglés y educación física.

El pedagogo Manuel Bouzas valora de manera prioritaria la integración de sus pupilos con el resto del alumnado. De hecho, en los siete años que llevan funcionando las aulas enclave en el IES Franchy y Roca "nunca hemos tenido ningún caso de rechazo o problema con nuestros chicos y ellos salen al recreo con el resto y se integran en todos los juegos. Les encanta el ping-pong".

Es consciente de que muchos de sus alumnos abandonarán el aula enclave sin aprender a leer y escribir y que otros apenas se comunican verbalmente. Pero, por encima de todo, Manuel se considera una persona afortunada "porque trabajo en lo que me gusta y cada vez que uno de mis alumnos cumple 21 años y tiene que abandonar el centro es como si se me fuera un hijo". Durante toda la jornada se suceden las muestras de cariño de sus alumnos, quienes sienten verdadera devoción hacia su pedagogo.

Bouzas se da por satisfecho con lograr una meta: la autonomía de cada alumno. Para ello el aula enclave dispone de una cocina donde los jóvenes aprenden desde fregar un vaso hasta hacer una tortilla de papas. Luego hay una habitación donde se les instruye para que puedan hacer su propia cama, así como un minimercado donde aprenden a llenar la cesta de la compra.