Miles de personas han abandonado la capital chadiana en los últimos días para buscar refugio en esta población fronteriza de Camerún, donde algunos sólo esperan que caiga el presidente Idriss Deby para poder regresar al país. Kuseri es la población camerunesa situada enfrente de Yamena, cruzando el río Chari. Aquí han llegado muchos refugiados aprovechando la relativa calma que se vivía ayer en la capital a partir de la retirada de los rebeldes. Los combates fueron intensos durante el último fin de semana. Centenares de cadáveres se veían en las calles de la capital, donde también eran visibles las señales de la destrucción en edificios por los bombardeos.

Después de haberse mantenido en sus hogares, muchos chadianos se han animado a cruzar el río y llegar hasta Kuseri. La Agencia de la ONU para los Refugiados confirmó desde Ginebra que se cuentan por miles los chadianos que han cruzado el río. En Kuseri están agrupados en escuelas, en las calles y bajo los árboles, esperando la llegada de auxilio.

Centenares de extranjeros han sido evacuados desde Yamena en las últimas horas por las tropas francesas que se mantienen en Chad, cerca de 1.200 efectivos. Ya son pocos los que quedan en la capital, aunque las labores de evacuación continúan.

EN LAS AFUERAS. Para los chadianos que vivían en Yamena, la vía de salida más usada es la que llega a Camerún, porque los rebeldes se mantienen en las afueras de la capital y han amenazado con reanudar sus ataques cuando se reagrupen y rearmen. Un portavoz rebelde, Abderamane Koulamallah, calificó la retirada como "táctica". "Nos hemos retirado de Yamena para volver sobre nuestros pasos", agregó la fuente en declaraciones reproducidas por el sitio de internet Al Wihda, vinculado a la oposición chadiana.

Las tropas rebeldes comenzaron su ofensiva el lunes pasado, desde el lado oriental del Chad, y fueron avanzando hasta llegar el sábado a Yamena, que estuvo bajo su control durante varias horas, hasta que se retiraron fuera de la ciudad.

La directora interina de Intermón-Oxfam en la zona de conflicto del Chad, Rosario Iraola, relató ayer a su llegada al aeropuerto de El Prat, en Barcelona, que durante estos días han vivido verdaderas situaciones de peligro y que por supuesto han pasado mucho miedo.