La crisis de las hipotecas, que afecta a la capacidad de gasto de los ciudadanos, y los excesivos alquileres de los locales están ahogando al pequeño comercio local, un sector que, según la patronal, está llamado a desaparecer si pronto no se produce una mejoría económica o las administraciones públicas no se deciden a defenderlo frente a las incursiones de grandes firmas foráneas.

Las principales zonas comerciales abiertas de Las Palmas de Gran Canaria han notado entre la campaña navideña y la de rebajas significativas pérdidas en sus ventas que van desde caídas del 5% en Siete Palmas al 20% que registraron las tiendas de Pedro Infinito. Los empresarios achacan la principal responsabilidad de este descenso del consumo a la crisis hipotecaria y a la subida desorbitada de los intereses por parte de los bancos, lo que deja a los compradores de viviendas con poco margen para más gastos que los imprescindibles.

La patronal del comercio habla de un "marzo horroroso" con descensos de entre el 20 y el 30%. "El peligro de esta nueva mala racha es que viene asociada a una destrucción de empleo muy grande y eso genera poco gasto, lo que nos sitúa en un horizonte de cuatro a cinco años para recuperarnos, muchos no lo van a soportar y el pequeño comercio corre el peligro de desaparecer", apunta Prudencio Lorenzo, presidente de Cecapyme.

Por si fuera poco, estos comerciantes no sólo ingresan menos sino que han de afrontar los altísimos costes que para muchos de ellos supone pagar el alquiler del local en el que trabajan. Estos alquileres, en oposición a la coyuntura económica general, en vez de bajar siguen subiendo, y es fácil que un comerciante pague 6.000 ó 7.000 euros mensuales por un local de 100 metros cuadrados en zonas como Mesa y López o Triana.

"En Mesa y López han cerrado varios negocios en los últimos meses porque los alquileres han subido mucho", explica Pepi Peinado, secretaria general de la asociación de comerciantes, "el negocio está muy dañado y el comercio necesita que el Gobierno le proteja de esa especulación que hay con las rentas de los locales". En Triana también ha habido cierres. "Los propietarios de locales se están volviendo locos", dice Carlos Rivero, presidente de la asociación de la calle mayor, "los precios que antes se amortizaban en cinco años de ventas, ahora son tan altos que te hacen falta de siete a diez años". "Los alquileres son una barbaridad y hay muchos comerciantes que no se pueden mantener con esos precios que no paran de subir", avisa Ignacio Guerra, presidente de la zona comercial Siete Palmas, donde se pagan entre 1.800 y 2.500 euros por un local de 100 metros.

ATRACTIVO. La misma tónica se registra en las otras zonas consultadas salvo en Pedro Infinito, donde el alquiler más que un problema es un atractivo. Los bajos precios de los alquileres (unos 1.000 euros por mes) animan a jóvenes emprendedores a instalarse en Ciudad Alta para iniciarse en este mundo. "Y eso que en Navidad y rebajas vendimos un 20% menos que el año pasado; se nota que la gente no puede gastar y a las tiendas de ropa ni entra", dice Raquel Montero, gerente de Pedro Infinito.

En las otras cinco zonas comerciales consultadas, las caídas son más moderadas. "Se ha notado un bajón, sobre todo en el sector textil y de calzado, pero no llega la 8%", cuenta Nicolás Ortega, presidente de Puerto-Canteras. "Sí que estamos preocupados, pero no tanto como para alarmarse", asegura Carlos Suárez, gerente de Zona Centro, "donde más nos ha afectado es en el sector gastronómico porque cuando el consumo falla, a donde primero se deja de ir es a bares y restaurantes".