El Servicio Canario de la Salud (SCS) busca ofertas en el sector privado para construir y explotar el nuevo servicio de radioterapia oncológica del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, que se ubicará en la zona de ampliación del complejo hospitalario Materno-Insular, sometido desde hace años a obras para aumentar su área de hospitalización y de consultas y diagnóstico.

El primer paso en el trámite de privatización del que será el segundo servicio en un hospital de la red pública para tratamientos de pacientes con cáncer en Gran Canaria y la provincia ya se ha dado.

A finales de marzo pasado se abrió el periodo de exposición pública del anteproyecto para la contratación de la redacción del proyecto, construcción y explotación del nuevo servicio, que culminará el 25 de mayo.

El sistema, mediante el procedimiento de concesión de obras públicas, ya fue anunciado por la consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, el pasado verano cuando accedió al cargo.

Roldós defendió entonces esta vía por ser, a su juicio, la más rápida y útil para los pacientes de la sanidad pública de disponer en el menor tiempo posible de nuevos aceleradores lineales para los tratamientos de cáncer, a la vista del colapso continuo que padece en los últimos años el servicio homónimo del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín. (Este periódico intentó ayer, sin resultado, obtener más detalles en la Consejería del anteproyecto).

En ese centro la lista de espera para iniciar el tratamiento se sitúa en torno a los dos meses, a la vez que se ofrece a los pacientes que se incorporan a ella la posibilidad de acudir a centros concertados de la Península, y también de Tenerife, en donde el número de aceleradores es sustantivamente superior.

De acuerdo a lo que señala la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, el de concesión de obras públicas otorga al concesionario durante un plazo determinado la explotación del servicio a cambio de asumir los costes del proyecto y su ejecución.

La pretensión de la Consejería es que en el complejo hospitalario Materno-Insular el nuevo servicio se equipe con al menos tres aceleradores para la radioterapia oncológica.

Además, según anunció entonces Roldós, la empresa concesionaria debería prever el espacio para una cuarta unidad.

La inversión barajada entonces para la obra se cifró en no menos de cinco millones de euros, teniendo en cuenta que el último acelerador adquirido para el Doctor Negrín costó 1,5 millones y se destinaron, además, alrededor de cien mil euros para equipamiento y el búnker.