Los padres de los escolares del IES José Saramago, cerrado de forma inmediata el viernes por la Consejería de Educación por problemas estructurales en el edificio, están preocupados por la situación académica en la que han quedado los estudiantes, en plenos exámenes y a quince días de finalizar el curso. El mismo día en el que se suspendía la actividad académica muchos alumnos no pudieron realizar los exámenes que tenían previstos y aún hoy desconocen dónde terminarán el curso.

La Dirección Territorial de Educación de Las Palmas se reunirá el martes con las familias en el IES Alonso Quesada para informarles sobre dónde se realizarán las pruebas académicas así como otras cuestiones relativas a la situación del edificio, el transporte y la matriculación para el nuevo curso.

Los padres han sido convocados por nivel de estudios de sus hijos a partir de las nueve de la mañana en dicho instituto. A primera hora se informará a los padres que tengan hijos en primero de la ESO, a las 10.00 los de segundo; a las 11.00 los de tercer curso, y a las 12.00 los de cuarto de la ESO y Bachillerato.

Por el momento, las familias desconocen si los escolares pasarán estos últimos quince días de clase en los centros donde ya les habían adjudicado plaza para el próximo curso -Alonso Quesada, Pablo Montesinos y La Feria- o, por el contrario, irán a otros de la zona.

El jueves por la tarde, antes de que se ordenara el desalojo de forma inminente, los padres conocían en qué centros iba a reubicar la Administración a sus hijos para el curso que viene. De los 416 escolares del instituto, unos 115 irán a los de La Feria y el Pablo Montesinos mientras que el resto se distribuirá en el Alonso Quesada.

El cierre del centro es una media "cautelar", según dijo la Consejería de Educación, que se mantendrá en tanto se espera por informes "complementarios" al que aconsejó el cierre y que servirán para conocer a ciencia cierta el estado de la estructura del edificio, que aparentemente hace veinte días no presentaba peligro.

La Consejería de Educación señaló el día del desalojo que lamentaba las "molestias" que esta situación podía ocasionar a los alumnos y a sus familias en estos "últimos días de final de curso" pero que lo hacía para "priorizar" sobre la seguridad del alumnado y del personal docente y administrativo.

Los padres no están de acuerdo con el cierre del instituto. Afirman que se deben de arreglar los desperfectos o tirarlo y hacer uno nuevo pero nunca desaparecer. La Consejería de Educación no se ha pronunciado, por el momento, sobre qué tipo de rehabilitación necesita el edificio y si volverá a ser un centro educativo o no.

Las familias creen que se quiere especular con el terreno y que la Administración aprovecha el deterioro del edificio para cerrar el instituto y ahorrarse gastos en educación, mientras cubre las plazas que se han quedado vacantes en otros centros del barrio de La Feria. Para evitarlo el comité creado por las familias y asociaciones vecinales - que ya han organizado concentraciones para el lunes- proponen que tanto si el centro necesita reformas como construirse de nuevo los escolares podrían acomodarse en barracones o bien en la Escuela de Idiomas de la zona, que sólo tiene uso en horario de tarde.

Los docentes desconocen también qué pasara con ellos, por el momento la Administración les ha prometido que estarían en lista preferente para adjudicación de destinos.