La Casa del Niño, un antiguo macrocentro de acogida de menores situado en Zárate de la capital grancanaria, lleva cerrado ya 17 años y el edificio se deteriora de manera acelerada cada día que pasa, porque las administraciones que forman parte del patronato que lo gestiona han sido incapaces de ponerse de acuerdo para darle uso durante estos casi 20 años, pese a la carencia de recursos sociales que tiene la Isla.

El Gobierno canario rechazó el pasado año adecuar el inmueble como centro de acogida de menores extranjeros, una propuesta de la Delegación del Gobierno que apoyaron el resto de instituciones que forman parte del Patronato que lo gestiona, por lo que se planteó a la Consejería de Bienestar Social que presentara un proyecto y un plan de financiación para poder aprovechar una instalación que el abandono y los dueños de lo ajeno han ido desmantelando.

La Casa del Niño, una magnífica muestra de la arquitectura racionalista de Miguel Martín Fernández de La Torre, cerró sus puertas en 1991 porque la Consejería de Servicios Sociales -encargada de gestionarlo desde que el Estado transfirió a Canarias las competencias en esa materia- consideró que un macrocentro de más de 80.000 metros cuadrados no reúne las condiciones adecuadas para educar e integrar a los menores y porque la falta de mantenimiento provocaba inundaciones cada vez que la lluvia arrastraba la tierra de la ladera.

Desde entonces permanece cerrado este centro, que fue donado a finales de los años 30 del siglo pasado por el conde de la Vega Grande para "asistir a la infancia necesitada y guiarla en su desarrollo" y empezó a funcionar a mediados de los 40, en plena posguerra .

REUNIÓN. La ex subdelegada del Gobierno, Laura Martín, como presidenta intentó en 2007, en calidad de presidenta del organismo, reactivar el Patronato Benéfico Asistencial Casa del Niño, que no se reunía desde 2004. El objetivo: acordar un uso para el inmueble. En abril de 2008 se celebra finalmente una reunión a la que acudieron, como patronos, Alejandro del Castillo; representantes del Obispado, el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de la capital, así como la Consejería de Bienestar Social y la ex subdelagada.

En la reunión se acuerda reformar los estatutos para adaptarlos a la legislación y agilizar el funcionamiento del patronato y se plantea la posibilidad de su utilización como centro para menores extranjeros. "Cuando llegamos a la Delegación en 2007", recuerda Martín, "nos encontramos con la demandas del Gobierno canario porque no tenía sitio para los niños inmigrantes y le propusimos el inmueble", pero la consejera de Bienestar Social lo rechazó porque la Casa del Niño requería una rehabilitación y el Gobierno necesitaba un centro para ser utilizado de inmediato.

En la reunión de abril se acuerda también celebrar otra en un plazo de cinco o seis meses, un periodo de tiempo de seis meses, un plazo que ya se ha cumplido ampliamente.

Este periódico intentó hablar, sin éxito, con la viceconsejera de Bienestar Social, Natividad Cano para saber si ya ha elaborado un proyecto para utilizar el centro. El informe realizado por los arquitectos señala que se encuentra bien conservado, pese a que fue construido entre 1938 y 1945, y sólo hay que rehabilitarlo.