El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, pidió ayer "más cultura" a los empresarios y vecinos de la calle Albareda que se quejan del corte de esta vía vital para La Isleta y les recomendó que no se quejen tanto y tomen el ejemplo de los ciudadanos de Madrid, ciudad que también sufre en la actualidad obras de envergadura.

"Yo les recomendaría [a comerciantes y vecinos] que cojan el avión, vayan a Madrid y paseen por la calle Serrano, bajen por Goya y si pueden que se metan por el casco antiguo, verán que ni los taxis saben cómo andar en ese Madrid abierto", explicó Saavedra, "todo es malo, molesto... deberían quejarse menos porque esto lleva a una mejora. Hace falta más cultura, y punto".

Las palabras del alcalde no sentaron muy bien en un sector comercial del Puerto que sufre los embates de la crisis y considera clave el mes de agosto para remontar las malas cifras de venta del año. Según estos empresarios, el corte del tramo de Albareda entre las calles Juan Rejón y Tenerife, que según ellos se produjo casi sin avisar, puede terminar por hundir sus negocios, por lo que no descartan demandar una indemnización al Ayuntamiento por la vía judicial. "Estamos planteándonos muy en serio denunciar al Ayuntamiento y a la empresa que realiza la obra por las molestias que nos está ocasionando", aseguró José Miguel Batista, propietario de la tienda Regalos y Decoración B.L.

Aunque la calle se cortó al tráfico el pasado sábado no fue hasta ayer, primer día laborable del cierre, cuando se notaron sus efectos sobre el tráfico con largas retenciones y colapsos en las entradas y salidas a La Isleta por Belén María -único acceso que queda al barrio- además de por calles como Faro, La Naval o Juan Rejón. Muchos conductores se quejaron de falta de información que les obligaba a dar vueltas y vueltas por las calles de La Isleta buscando un salida.

Por su parte, la portavoz del PP municipal, Pepa Luzardo, criticó ayer esta iniciativa. "Las actuaciones del equipo de Saavedra en Siete Palmas y ahora en Albareda y Juan Rejón, ponen en evidencia el desinterés del gobierno socialista por los empresarios y la crisis que vive el sector".