A diferencia de los ganaderos de reses, la apicultura florece en el término municipal capitalino que cuenta con 16 explotaciones con unas 700 colmenas registradas según la COAG. San Lorenzo, la presa de La Umbría y La Milagrosa concentran gran parte de esta producción que se encuentra con el mismo problema que el resto de ganaderos: la cercanía del casco urbano y la mengua cada vez mayor del verde. "La apicultura que se promueve en este municipio es muy ecológica y requiere de espacios limpios no contaminados por pesticidas y lejos de zonas habitadas para que la gente no se asuste de los enjambres", explicó Manuel López, consultor de Desarrollo Rural. Según López, la producción de miel de la capital se distingue del resto por su variedad de usos para hacer hidromiel, mistelas o vinagres. R.G.