Las saetas a la Virgen de la Esperanza del Domingo de Ramos o las cabras y los timples a las puertas de los templos parroquiales como el de Santo Domingo o La Luz responden al folclore o a la liturgia? El Vaticano en su Directorio sobre la piedad popular y liturgia alerta de los "peligros" de que las procesiones religiosas se conviertan en "mero espectáculo o desfile folclórico".

La comunidad tanto religiosa como laica de la capital grancanaria consultada ayer por este periódico mostró su respeto y acatamiento a este código de las procesiones que ha establecido la Santa Sede, pero en la mayoría de los casos no comparte esta visión restringida de los actos de fe católicos.

"Si hacemos caso de todo lo que dice el Vaticano vamos listos". Así de tajante, y con algo de sorna, se expresó Ángel Luzardo, presidente de la Asociación de Costaleros Nuestra Señora del Carmen de La Isleta, uno de los colectivos que protagonizan la procesión más tradicional y popular del Puerto.

Luzardo afirma que su asociación cumple todos los preceptos que imponga la Iglesia pero advierte: "El Vaticano exagera, es verdad que hay algo de folclórico, pero lo importante es la devoción del pueblo".

El secretario de la Asociación de Romeros de la Virgen del Rosario de Triana-Vegueta, Rafael Viñes, también alerta de la separación entre Iglesia y pueblo que puede provocar una interpretación restrictiva de procesiones o romerías. "Antes que nada, una romería no tiene nada que ver con una procesión, pero también es un acto de fe con un alto componente social y no litúrgico exclusivamente", señaló Viñes, "conozco a curas a los que les molestan las romerías o que los militares desfilen en las procesiones, pero si la Iglesia se deja llevar por ellos al final a sus actos sólo van a ir los sacerdotes y tres viejas".

Viñes explicó además que el Vaticano debe adaptarse a las nuevas costumbres para atraer al pueblo, sobre todo jóvenes, a las iglesias. "Y eso no se consigue sólo con procesiones".

Un sacerdote, el párroco de Arinaga Jesús Vega, coincide en parte con los anteriores en el riesgo de divorcio entre Iglesia y pueblo. "Es malo que se den espectáculos en las procesiones, pero es igual de malo un excesivo puritanismo litúrgico", comentó Vega, "a algunos curas no les gusta tampoco que se mezclen con la liturgia actos más populares como cantos y bailes, y eso acaba por apartar al pueblo de la Iglesia". Vega es un sacerdote que durante su labor pastoral de años en Tamaraceite se labró fama de batallador, llegando a fundar una emisora de radio en el barrio que aún funciona. De carácter abierto, el sacerdote sin embargo sí advierte de las imitaciones de actos de otras latitudes -como la Semana Santa andaluza- que proliferan entre las procesiones canarias. "Muchos de estos actos de fe se han separado de la tradición canaria y la gente va a las procesiones sólo por el espectáculo y luego no pisa una iglesia en todo el año, eso también es reprochable y en eso sentido veo bien la directiva de la Santa Sede".

Por su parte, las cofradías de la Semana Santa capitalina se muestran respetuosas con la directiva vaticana aunque con alguna diferencia. "Creo que es bueno que se hagan estas recomendaciones y que haya un mínimo control sobre los actos religiosos", aseguró el presidente de la Unión de Hermandades y Cofradías de Gran Canaria, Guillermo Mariscal, "de todas formas las cofradías somos absolutamente respetuosas con la liturgia y no infringimos ninguna norma". Mariscal defendió la labor de la Diócesis de Canarias ("que alienta la religiosidad popular"), y reconoció que esas normas servirán para distinguir a los "verdaderos creyentes" de los fanáticos de una procesión o una imagen. "La religiosidad popular es un buen escaparate de la fe católica y practicar esta religiosidad es bueno siempre que no sea incongruente con la liturgia", añadió Mariscal.

Santana consideró también que este tipo de avisos no afectan a las procesiones de la Isla ya que las cofradías como la suya fomentan la religiosidad popular "con toda seriedad y misión evangelizadora".

"Para mí es exagerado meternos a todos en el mismo saco", puntualizó Ángel Luzardo, "sí es verdad que algunos se desmadran un poquito pero es su forma de entender la fe, si el Vaticano cree que eso es folclórico allá ellos, mientras los que componemos la procesión sigamos las normas no tenemos por qué cambiar". Por su parte, responsables del Obispado de Canarias en materia de liturgia defendieron "el rigor" con el que se celebran las procesiones y las manifestaciones de piedad popular en la diócesis, y respetando el directorio del Vaticano.