"Los enfermos mentales no resultan rentables y, por tanto, no interesan demasiado a las instituciones públicas". Esa es la conclusión que comparten tanto el colectivo de familiares de pacientes afectados por diferentes patologías mentales, a través de la Plataforma Canaria de Salud Mental, como un nutrido grupo de profesionales dedicados a la psiquiatría. Curiosamente, ambos sectores también están unidos por la percepción de que en los últimos años la Consejería de Sanidad ha incrementado la partida presupuestaria, a través del II Plan Canario de Salud, destinada a la atención especializada de estos pacientes. Sin embargo, en la actualidad las ocho unidades de salud mental ubicadas en la Isla, las dos Unidades de Internamiento Breve (UIB), una situada en el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín y la otra en el Hospital Universitario Insular, así como la Unidad de Larga Estancia (UCYR) soportan largas listas de espera.

La Plataforma Canaria de Salud Mental se refiere a la sobrecarga detectada en las ocho unidades de salud mental de la Isla. En este sentido, su portavoz, Antonio Arbelo, apunta que los pacientes que acuden a la consulta por primera vez deben aguardar un tiempo mínimo de tres meses para recibir la atención especializada de un psiquiatra, mientras que en el caso de la terapia psicológica el plazo se prolonga hasta los seis meses. El equipo especializado de las unidades de salud mental también se ocupa del control y seguimiento farmacológico de los pacientes que ya han recibido el alta en las Unidades de Internamiento Breve de los dos centros hospitalarios de la Isla, así como aquellos que ya han superado la atención sanitaria que se da en la Unidad de Media Estancia (UME) y en la Unidad de Larga Estancia (UCYR), ambos servicios ubicados en el hospital Juan Carlos I.

El colectivo de familiares de enfermos mentales se refiere a la descompensación existente entre los recursos sociosanitarios destinados a estos pacientes y la alta demanda. De hecho, los datos registran 9.000 enfermos mentales diagnosticados en la Isla, una cifra que se dispara hasta los 20.000 pacientes en toda Canarias.

El psiquiatra Carlos López de Lamela también apunta al colapso que soportan las dos Unidades de Internamiento Breve, dotadas con 30 plazas cada una, un servicio de vital importancia que actúa con los pacientes que sufren cuadros psicóticos agudos y que requieren de una rápida intervención hospitalaria especializada. "Los familiares llegan desesperados cuando asisten a las condiciones en que se encuentra el paciente que debe esperar durante días en los servicios de urgencias hospitalarios, únicamente separados por boxes, hasta que quede una cama libre en la Unidad de Internamiento Breve", agrega. La lista de espera también es una constante en la Unidad de Larga Estancia, que atiende a pacientes que aún no pueden ser reincorporados al núcleo familiar.