El titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria, Miguel Ángel Parramón, instructor del caso del kárate, dictó ayer una resolución en la que ordena un nuevo registro en el chalé de Playa de Vargas y, además, se excavará en el jardín de la vivienda en busca de nuevas pruebas. Se trata de una nueva vía de la investigación que justificó que, hace dos semanas, el instructor del caso volviera a decretar el secreto del sumario tras haberlo alzado durante unos días.

El registro se llevará a cabo a primera hora del próximo lunes por miembros del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Las Palmas, que estarán acompañados por una excavadora del Batallón de Zapadores del Ejército de Tierra y un dispositivo de soldados.

El principal motivo del nuevo registro y la excavación en el chalé de Playa de Vargas (Agüimes), es una especie de habitación que se encuentra semienterrada y a la que no se pudo acceder durante el registro efectuado en el momento de las detenciones, el pasado 5 de febrero. Se trata de una especie de habitáculo semisubterráneo que está cerrado a cal y canto y que, al parecer, se adentra en la tierra, sin que se tenga certeza de la profundidad.

Por tanto, el primer objetivo es que los agentes de la policía puedan acceder al interior de ese habitáculo, ya que no pudieron hacerlo la vez anterior en que se produjo el registro. Los investigadores desconocen qué puede haber en ese lugar, pero pistas nuevas han obligado al juez instructor a volver a ordenar un registro.

Además, se ha solicitado la colaboración del Batallón de Zapadores del Ejército de Tierra para rastrear en el jardín de la vivienda, al igual que ocurre cuando se monta el dispositivo de búsqueda de la joven Sara Morales. El trabajo de los zapadores será meter la excavadora en busca de alguna prueba que pueda tener relación con el caso del kárate, donde seis personas permanecen imputadas por el momento, de las que tres están en prisión: los deportistas Fernando Torres Baena, María José González Peña e Ivonne González Herrera.

RESTOS. Algunas fuentes próximas al caso apuntan la posibilidad de que los investigadores puedan estar tras la búsqueda de restos orgánicos que pudieran tener relación con abortos. De hecho, varias de las víctimas de los presuntos abusos sexuales a los que fueron sometidos por la secta del kárate declararon ante el juez que sufrieron embarazos, por lo que no se descarta la posibilidad de que en el jardín de la vivienda puedan encontrarse restos.