Los bañistas que ayer llenaban la playa de Las Canteras se encontraron con un inconveniente: las primeras aguavivas de la temporada. Varios usuarios tuvieron que ser atendidos en las dependencias de Cruz Roja aquejados con picaduras, los clásicos latigazos que tanto escuecen y que, a veces, obligan a un tratamiento de algunos días.

Según confirmaron a este periódico fuentes de la Policía Turística de Las Canteras y del puesto de Cruz Roja, algunos bañistas acudieron quejándose de las picaduras de medusa. Los voluntarios de la organización humanitaria aseguraron, no obstante, que eran "pocas" las personas afectadas y que no había sido necesario prohibir el baño. También los agentes policiales de guardia apuntaron que las consecuencias habían sido escasas para los ciudadanos que se acercaron a la playa.

Las aguavivas tenían presencia a lo largo de toda la playa, desde La Puntilla hasta la Cícer, y Cruz Roja se vio obligada a subir la bandera de alerta de medusas para que la gente supiese a qué atenerse.

A pesar de los riesgos de picaduras, y que la voz de alerta corrió a lo largo de toda la playa entre los bañistas, Las Canteras no experimentó una deserción de usuarios, como ha ocurrido en otras ocasiones en que las aguavivas han aparecido en la principal área de baño de Las Palmas de Gran Canaria.

Al contrario, según fuentes de Cruz Roja, no sólo no se produjo ninguna merma, sino que la playa registraba por la tarde una abundante presencia de personas aprovechando los largos ratos de sol entre nubes que presidieron la jornada del sábado.