El obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, señaló ayer que los abusos sexuales a menores son "un problema social de primera magnitud", aunque en la actualidad se esté enfocando sólo como una cuestión de la Iglesia tras las numerosas denuncias presentadas en los últimos meses contra sacerdotes en países como Alemania, Irlanda y Estados Unidos. Cases, que hizo estas declaraciones durante la presentación de la Jornada Mundial de la Juventud en la Diócesis de Canarias, añadió que "según las estadísticas, el 20% de las personas adultas que han sufrido abuso sexual de pequeñas no ha sido por personas de la Iglesia sino en el entorno familiar cercano".

Cases, que confesó que ni él mismo era consciente de ese dato difundido en los medios de comunicación a raíz de los casos de pederastia, reitero que los abusos a menores son un tema social y que la Iglesia está dando estos días ejemplos claros de "tolerancia cero" contra este problema.

El máximo prelado de la Diócesis de Canarias explicó que los abusos sexuales junto a la violencia, la soledad y la droga son una de las "cruces" que portan hoy en día los jóvenes en referencia a la cruz de madera que llega hoy al Archipiélago con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, el próximo año en Madrid y que por segunda vez se celebra en España.

"Es una cruz que también llevan los jóvenes y es importante que la Iglesia no lo calle", dijo.

La cruz, icono de estos encuentros juveniles que se vienen celebrando por todo el mundo desde 1986, estará durante cinco días en la Diócesis de Canarias antes de partir hacia Tenerife.

La cruz, que mide 3,80 metros de largo por 1,75 metros de ancho y pesa 31 kilos, recorrerá Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. En cada isla se celebrarán diversos actos que, además, coinciden con el Encuentro Diocesano de Jóvenes.