Cerca de 5.000 alumnos colgaron los estudios sin terminar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) el curso pasado, una cifra superior a la de años anteriores, pues el incremento del fracaso escolar no ha parado de crecer en la última década en la Comunidad Canaria.

El próximo 23 de junio finaliza otro curso académico y con él llegan las temidas notas. El momento es especialmente decisivo para los escolares que terminan la enseñanza obligatoria -los que tienen 16 años-, ya que si no obtienen el graduado en Secundaria no podrán continuar su formación académica ni entrar en el mundo laboral.

La no obtención de una titulación tiene un significado muy claro en las estadísticas oficiales educativas: fracaso escolar. Más de 4.800 escolares, según la Consejería de Educación, cursaron este año alguno de los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), la fórmula ideada en el sistema educativo español para que los jóvenes que no superan la Secundaria puedan adquirir una formación que les permita incorporarse al mundo del trabajo o titular. Una cifra que se incrementó con respecto al curso 2008/09, en donde sólo cursaron estos programas 3.540 alumnos.

El número de escolares canarios que han accedido a los PCPI -antes llamados programas de Garantía Social- ha ido aumentando en los últimos años, según el Ministerio de Educación. Si en el 2000/01 cursaban PCPI 1.778 escolares a finales de la década lo hacen 4.823. En las cifras también se incluyen aquellos escolares que no tienen altas capacidades intelectuales pero que pueden ingresar sin problemas en el mercado laboral.

Los PCPI permiten, en dos años, que los escolares adquirieran habilidades laborales para ser auxiliares y operarios en diferentes actividades económicas, además, de fortalecer aquellas competencias básicas como el lenguaje, las matemáticas, la expresión oral, la capacidad de aprender, entre otras, que deberían de haber conseguido durante su enseñanza obligatoria.

¿Pero dónde hay que buscar las causas del fracaso escolar? Profesores, educadores, orientadores y psicólogos afirman que la propia estructura del sistema educativo y los escasos recursos que se destinan a la educación individualizada tienen mucho que ver a la hora de conseguir hacer una escuela más atrayente para los alumnos.

Pero advierten que no todo se puede achacar a la escuela y que la sociedad y la familia tienen un papel muy importante. "Si un profesor logra sacar a un niño sordo adelante con sus dificultades y a otro no, está claro que éste tiene un problema social detrás", dice Mariel Arias, orientadora del IES La Minilla.

Los expertos señalan que la educación Primaria es primordial para que un escolar no fracase en Secundaria. En esta etapa es cuando adquieren hábitos de estudio, interés por las cosas y lo que vale el esfuerzo, además de detectarles aquellos problemas de capacidad intelectual o social que influyen en su progreso.