Canarias ha multiplicado en una década por seis el número de población inmigrante escolarizada que asciende en la actualidad a algo más de 30.000 alumnos. Los extranjeros suman un 12,45 por ciento del total de los estudiantes escolarizados en la etapa de enseñanza obligatoria (Educación Primaria y los dos ciclos de Educación Secundaria), de los que un 9,9 por ciento corresponde a Primaria (ver cuadro).

Eso coloca a la comunidad autónoma en el quinto puesto del ranking del Estado en cuanto a mayor número de inmigrantes matriculados en el sistema, por detrás de las comunidades autónomas de Madrid, Cataluña, Valencia y Andalucía.

Similar tendencia de crecimiento del alumnado extranjero se ha producido en la generalidad del Estado, según señala el informe Evaluación general de Diagnóstico 2009. Educación Primaria. Cuarto curso, publicado recientemente por el Instituto de Evaluación del Ministerio de Educación.

De forma que de los 44.000 alumnos extranjeros que había a principios de siglo en 2007 esa cifra se había colocado en 262.000, señala el informe.

Además del sistema educativo y un entorno diferentes, muchos de los alumnos extranjeros (excepto los que provienen de países latinoamericanos) se enfrentan a una lengua diferente a la materna. "Sus resultados en las pruebas de evaluación, también diferentes, deben ser analizados a la luz de este hecho decisivo", señala el informe aludiendo al peor rendimiento de los escolares extranjeros.

La especialista señala que los alumnos "vienen peor formados. Evidentemente hay un desarraigo importante cuando llegan al aula". Pero, argumenta, "lo bueno es que la mayor parte de la población inmigrante que hay en Canarias es de origen latinoamericano. Luego la barrera idiomática la tienen superada. Aunque hay un problema de choque cultural".

El fenómeno de la inmigración en las aulas alcanza a todas las Islas: desde Lanzarote con el 22 por ciento de su po-blación escolar total; hasta el siete por ciento de La Palma, el territorio con menos alumnos extranjeros.

"Surgen muchas necesidades en los centros. Si la Administración no cubre toda esa respuesta que hace falta, desde nuevos recursos, bajar las ratios, establecer programas específicos; si no se cubren las necesidades, empiezan a surgir problemas".