Cuarenta y ocho meses se cumplen el próximo viernes de la extraña desaparición en Las Palmas de Gran Canaria de la niña Sara Morales, desaparecida el 30 de julio de 2006. Su familia, a día de hoy, no pierde las esperanzas "de hallarla viva o muerta", aunque su prioridad, según explican, "es recuperar la normalidad, por el bien de todos".

Los últimos acontecimientos acaecidos este año en un solar próximo al centro comercial La Ballena, hacia donde se dirigía la menor cuando desapareció, y en un pozo de Jinámar, localizado en la finca de los Naranjo, en el límite municipal de la capital grancanaria, supusieron un enorme desgaste para Nieves Hernández, la madre de la niña, y para el resto de la familia.

"Una", reconoce la cabeza de familia, "tenía puestas muchas esperanzas en esos rastreos... que al final no aportaron nada nuevo. Pero al menos ya descartamos que se encuentre ahí".

En intentar reconducir sus vidas están ahora los Morales Hernández, que "jamás" van a descansar en su empeño de saber qué sucedió a la niña aquel domingo de julio, del que se cumplen cuatro años el próximo viernes, "pero hasta eso", dice Nieves, "nos está costando".

"Por salud", cuenta la madre de la menor, ha optado por reducir su presencia en los medios de comunicación "y no es porque se hayan portado mal, al contrario. Es porque me estaba dejando la vida en ello", reconoce Nieves Hernández, que se prepara para una semana complicada a raíz del cuatro aniversario de la desaparición de Sara Morales, que habría cumplido en familia el pasado mes de enero 18 años.

PISTAS Y RASTREOS. Su madre ya imploró en esas mismas fechas que se buscara a la niña incluso "muerta", en un gesto de valentía enorme que, los mismos agentes del Grupo Especial Sara, dependiente de la Jefatura Superior de Policía de Canarias y creado ex profeso para investigar este caso, valoraron de manera positiva, e incluso les llevó a reconocer, abiertamente, que a Sara "ya se la busca muerta" en los numerosos desmontes y rastreos que se han efectuado estos últimos cuatro años en distintos solares, pozos y galerías de toda Gran Canaria.

Hasta 70 líneas de investigación se han tenido en cuenta a lo largo de este periodo por parte de los policías nacionales adscritos al caso. Diversos países, como Holanda, han sido escenario de investigaciones, y sólo en Gran Canaria, en febrero de 2010, se pretendían escudriñar 20 pozos y viejas galerías, que no se habían rastreado porque los investigadores las desconocían.

"No tengo ninguna duda en los profesionales que llevan el caso", afirma Nieves Hernández. "Todos nos pusimos muy nerviosos durante la búsqueda en el solar de La Paterna y en el pozo de Jinámar. Algunos", reconoce, "dieron por hecho de que era Sara lo que había allí dentro, y aunque se hayan criticado muchas cosas, desde aquí yo sólo puedo agradecer todo lo que han hecho y lo que están haciendo. Al final", dice, "sin ellos no soy nada".

Por el cuarto aniversario de la niña, Nieves dice que no se va a hacer nada especial. "Bastante especial es que tengamos que sobrevivir cada día con el desespero de no saber dónde está, pero mi marido y yo tenemos otra niña", cuentan sobre la pequeña Alba, "y no podemos permitir que ella se vea afectada de nuevo". Cuenta Nieves que durante las búsqueda en Jinámar "la niña escuchó en televisión que habían encontrado restos de Sara". La falsa noticia le dolió.