El comité de las escuelas infantiles municipales se concentró ayer a las puertas del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para protestar en contra de "la escasez de recursos básicos" en el desempeño de su trabajo y restricciones como la fruta para los bebés. Dolores Pérez, portavoz de las trabajadoras, alega que esta situación se produce desde que hace cuatro meses el servicio fue adjudicado a la empresa Ralons.

Las representantes de cinco de las 11 guarderías denuncian que "no se surten las escuelas del agua de consumo para los niños y el personal, que no se entregan guantes desechables para la limpieza de los niños y que se ha eliminado la fruta del menú de los niños de corta edad".

Por su parte, el presidente de la empresa Ralons, Miguel Ángel Ramírez, niega la restricción de recursos, "porque el bienestar de los niños es lo primero y, de hecho, no tenemos ni una sola denuncia de los padres".