Con la Constitución en la mano nadie me puede impedir hacer nudismo. Estoy en mi derecho". Jorge Sarabia fue el primero ayer en desnudarse en la zona recién inaugurada para tal fin en El Confital. El joven leyó la noticia en los medios de comunicación y se fue por la mañana hasta esta zona de la playa comprendida entre El Cabezón Negro y El Zoco.

"Estaba esperando a que habilitaran un lugar en la ciudad, ya no tengo que gastarme 11 euros para ir y volver al Sur. No me gusta usar el bañador, deja marcas y es incómodo", explica este estudiante sentado en una cala como Dios le trajo al mundo. "El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha tenido una gran iniciativa", opina.

Pero no todos los que ayer acudieron a pasear o a tomar el sol en El Confital se mostraban tan contentos con la decisión del concejal de Playas, Héctor Núñez, de acotar "una zona recomendada naturista", como reza el nuevo cartel. "Hay que pensar en los niños. Yo vengo con mis hijos a la playa. ¿Qué les voy a decir cuando vean a la gente desnuda?", se pregunta Ricardo González que va a correr todos los días por la avenida.

Otros usuarios plantean que el área nudista empiece un poco más atrás porque los primeros metros los utilizan las familias para pasar el día los fines de semana. "La gente siempre ha hecho nudismo aquí, pero más apartados. Entre semana da igual porque no hay muchas personas, pero los fines de semana prefiero que se vayan a las calas", opina José Marrero, vecino de La Isleta.

Precisamente la razón de empezar la zona nudista en los últimos 20 metros de El Confital, donde existen accesos a la playa, viene por la petición de un grupo de discapacitados que también quieren disfrutar del nuevo espacio.

"Si se ponen en bolas aquí, puede haber problemas", augura Francis López, también del barrio de La Isleta. "Un padre de familia se puede mosquear porque alrededor de sus hijos haya hombres desnudos. Mejor que sigan haciendo como siempre y se vayan más atrás. Allí pueden estar tranquilos y no molestan a nadie", añade.