Grandes inmuebles como la Casa del Niño, en Zárate, o el edificio que albergó la consignataria de Camilo Martinón, en el Puerto, llevan más de 20 años cerrados y casi en ruinas porque las administraciones los abandonaron a su suerte, cuando dejaron de cumplir la función que tenían. Se trata de edificios que pertenecen al patrimonio público del Estado, el Gobierno canario o el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y cuyo estado se deteriora de manera acelerada por el abandono o se convierten en estercoleros y hogares de indigentes, como ha sido el caso del Castillo de San Francisco, hasta que el consistorio decidió vallarlo hace dos años. Las administraciones se escudan en la falta de dinero para no buscarles un nuevo uso a los inmuebles.

La que fuera sede de Radio Televisión Española en Canarias, un chalet situado en la plazoleta de Milton, en el corazón de Ciudad Jardín, lleva el mismo camino. El edificio permanece cerrado desde hace un año en que la delegación se mudó a las oficinas de La Feria y los vecinos de la zona ya empiezan a notar los efectos del abandono en su hermoso jardín. El edificio se deteriora por el descuido y el Estado, dueño del edificio, paga desde hace un año el sueldo de un vigilante de seguridad para evitar que el chalet sea desvalijado.

El caso más sangrante lo constituye la Casa del Niño, en el barrio de Zárate, un macrocentro de más de 80.000 metros cuadrados cuyo estado es casi ruinoso, dado que ya han pasado casi 20 años desde que le echaron el cierre, tras clausurar el antiguo internado de menores que funcionaba allí.