El Juzgado de Familia número 3 de la capital grancanaria ha confirmado la declaración de desamparo que pesa sobre Piedad (nombre ficticio). Esto implica que la niña, de nueve años, continuará en un centro residencial bajo tutela de la dirección general del Menor y la Familia del Gobierno de Canarias, tal como solicitó la Fiscalía de Menores en el juicio celebrado el miércoles de la semana pasada.

La propia madre biológica de la pequeña, Ángeles Suárez, admitió en la vista oral que no estaba en condiciones de cuidar a su hija, entre otros motivos porque carece de vivienda, trabajo, y arrastra otros problemas personales que la incapacitan para hacerse cargo de la menor. Por eso su abogada no reclamó la reintegración de la guarda y custodia, aunque en su demanda sí mantuvo la revocación de la declaración de desamparo.

La sentencia, notificada ayer a las partes, concluye que Suárez "no está en condiciones de prestar a su hija el cuidado y la atención que requiere". De ahí que la juez acuerde la "continuidad del acogimiento residencial" como medida de protección, "sin perjuicio de que pueda mantenerse el régimen de visitas a la vista de la estrecha vinculación afectiva existente entre madre e hija".

Informes

Para tomar esa decisión, que en la práctica supone descartar el acogimiento preadoptivo, la magistrada se basó en el informe pericial elaborado por el gabinete psicosocial adscrito a su juzgado. Ese dictamen tiene fecha de 18 de octubre de este año, y coincide con otros dos informes realizados por los responsables del centro en el que vive Piedad, en este caso fechados en julio y septiembre.

Los técnicos consideran que "la situación general de la niña es buena". Así lo apuntan su "rendimiento escolar y su comportamiento", así como el "desarrollo adecuado" que la menor experimenta en las diferentes áreas sociales.

Los informes si detectan "algún desajuste" en la evolución afectiva y emocional de la niña, sobre todo al expresar los sentimientos de carácter negativo, según recoge el fallo judicial. La menor también ha desarrollado una actitud "afectuosa y protectora" hacia su madre, que se traduce en un vínculo emocional que no es sano, entre otras razones porque la pequeña asume un "rol protector" que no le corresponde a su edad.

Ángeles Suárez ha perdido la custodia de su hija en dos ocasiones. En marzo de 2005 fue entregada en régimen preadoptivo a una familia de Tenerife, pero Suárez la reclamó y la Audiencia de Las Palmas acordó la reintegración con su madre biológica. El proceso fracasó, y Ángeles dejó en febrero de 2009 a Piedad en un centro, en este caso de forma voluntaria. Luego, en agosto de 2009, la dirección general del Menor dictó el desamparo definitivo que ahora ha sido ratificado por la juez.