Tan sólo un accésit por sus Buenas Prácticas en Participación Ciudadana, pero para estos tres colectivos, el reconocimiento que les ha hecho el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria supone todo un éxito. Una motivación para seguir trabajando en red y una confirmación de que, en ocasiones, no se "necesitan grandes cantidades de dinero para hacer cosas sino voluntad para trabajar en equipo".

La presidenta de la Asociación de vecinos La Guillena, en el barrio de Hoya Andrea, Francisca Pérez Rodríguez, explica que hace un año decidieron coordinarse los tres colectivos para realizar actividades sociales y culturales para el barrio ante la falta de espacios públicos y de oferta lúdica.

El proyecto Vertebrando Comunidad ha tenido como epicentro el propio colegio público de Infantil y Primaria Hoya Andrea. Sus instalaciones han servido para que vecinos y padres coordinen actividades lúdicas y culturales como cine familiar, la fiesta de los finaos, teatro, baile, cursos de informática o talleres para niños.

El presidente del Ampa El estanque, Juan Ojeda, reconoce que parte del éxito se debe a las facilidades que ha mostrado la dirección del centro escolar para que éste se utilice más allá del horario lectivo como una auténtico centro social. "Lo único complicado ha sido administrar el espacio del centro y los horarios para que tanto niños como adultos pudieran asistir a las actividades", explica Ojeda.

El director del centro, Agustín Cabrera, afirma, por su parte, que los colegios tienen que servir a los ciudadanos como espacios públicos porque no todos los barrios cuentan con infraestructura suficiente. Cabrera explica que "no es nada fácil tener un centro abierto desde primera hora de la mañana hasta el final de la noche, pero esta es la única forma de que se saque partido a las inversiones" que hemos pagado todos. Añade que sirve también para que los vecinos entiendan que el colegio es algo más que un espacio donde sólo se aprende.

Paqui, la presidenta de la Asociación de Vecinos La Guillena -un colectivo formado hace unos diez años tras la edificación de una cooperativa de viviendas-, señala que "tan importante es en un barrio que haya aceras y parques como actividades deportivas y culturales y, sobre todo, actos y encuentros en donde puedan participar vecinos de todas las edades y las familias".

El proyecto ha contado, además, con la participación de estudiantes de ciclos formativos de Animación Cultural de los institutos Pérez Galdós y Pablo Montesinos. Los estudiantes Sheila Valencia, Sara Ojeda, Josué Betancor y Juan Carlos Adrade califican de muy interesante la experiencia y lamentan estar sólo por un periodo de prácticas.

"Trabajar colectivamente no ha significado ningún problema. Las decisiones se han tomado siempre por consenso no por mayoría porque de lo que se trata es de sumar y no de restar", cuenta Paqui, que lamenta que no haya más vecinos implicados en la iniciativa.

Ciudadanía.

Marcos Infante, técnico del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que ha examinado los proyectos presentados, señala que estos últimos años están detectando un "empoderamiento" de la ciudadanía. "Los ciudadanos quieren asumir protagonismo, quieren hacer cosas, participar en red pero ya sin el papá-ayuntamiento como antes", cuenta. Infante asegura que hay un renacer del movimiento vecinal en el que los jóvenes y las mujeres son los principales protagonistas de las actividades. "Barrios que tradicionalmente habían tenido un fuerte movimiento social como Guanarteme, La Isleta, están volviendo a resurgir, en parte, por la gente joven que se ha ido a vivir allí", añade Infante.

El proyecto de Hoya Andrea tiene futuro aunque se termine de construir el centro cívico que levanta el Consistorio ante el colegio. Los vecinos implicados no sólo quieren ampliar su abanico de actividades sino que plantean hermanarse con un colegio en Dublín para implicar tanto a niños como a adultos en lo importante que es aprender una segunda lengua. Ya están dedicados a ello y aunando voluntades en Hoya Andrea.