Si el mal tiempo no afloja, no sé de qué vamos a vivir". Aurelio Saavedra, presidente de la cooperativa de pescadores de San Cristóbal, se quejaba ayer de la mala pasada que les han jugado en el último año la frecuente visita de los vientos del suroeste, una circunstancia, asegura, que les puede llevar a la ruina si la cosa sigue así.

El último contratiempo que han sufrido lo ha provocado la última borrasca, que les ha obligado a amarrar la flota desde el pasado domingo debido al viento y el oleaje. Salvo dos barcos que han hecho incursiones dos horas por la tarde en la Baja de Telde, el resto de la flota no ha podido salir lo que les ha provocado pérdidas económicas que superan los 20.000 euros, según asegura Saavedra. "Este mes no sacamos ni para pagar el seguro", señala el presidente de los marineros. Y es que si no se sale a faenar, no hay pescado. Y si no hay pescado, el dinero no llega. Ayer se levantó la alerta y confiaban en poder retomar el trabajo a partir de hoy.

"Estos dos últimos inviernos", se queja, "han sido muy malos para nosotros porque la climatología no nos deja trabajar". En el último año han sido numerosos los temporales que les han impedido salir a faenar. Desde el pasado mes de octubre se han sucedido cinco temporales y todos les han afectado.

"Desde noviembre", explica, "llevan sin parar los vientos del Suroeste y el problema que tenemos los marineros de San Cristóbal es que somos marineros emigrantes porque no tenemos un muelle en condiciones. Tenemos que refugiarnos en Taliarte o en otros puertos. Menos mal que el año ha sido excelente para la pesca de la fula roja, porque sino" la situación se volvería insostenible.

Pesca furtiva

Los pescadores se quejan también de que la pesca furtiva se ha disparado en el último año y medio debido a la crisis económica. "La población se ha tirado al litoral y el furtivismo ha aumentado en un 90%", señala Saavedra, quien reclama más control a la Viceconsejería de Pesca del Gobierno canario y a la Guardia Civil del mar. "La vigilancia de la pesca furtiva", denuncia, "se ha reducido aún más que hace años y el furtivismo se está disparando y el sector que está sufriendo las consecuencias es la pesca de bajura artesanal. Con esto de la crisis, todo el que tiene una lancha de fibra sale todos los días al mar. En San Cristóbal, por ejemplo, todos los domingos salen entre 20 y 30 barcos a pescar" de manera furtiva.

La principal consecuencia de este aumento del furtivismo, aclara, es que "saturan el mercado y los pescadores profesionales se encuentran con problemas para vender el suyo, pese a que pagan la Seguridad Social y a Hacienda. El otro día unos marineros de La Isleta fueron a vender el pescado a un restaurante donde suelen ir habitualmente y les dijeron que no, porque ya se lo habían comprado a otros". Y seguramente, a un precio más barato.