La empresa municipal de aparcamientos, Sagulpa, anunció hace unos meses que aplicaría "mano dura" con los infractores de la zona azul y ya son cerca de una quincena los coches retirados por la grúa tras acumular más de cinco multas por impago de este estacionamiento limitado.

Los vigilantes de la zona azul ya no están solos a la hora de controlar los aparcamientos de pago. Desde que el Ayuntamiento restauró la zona azul, en octubre pasado, los vigilantes de la misma cuentan con una terminal PDA (especie de ordenador de mano) conectada a una base de datos que identifica al instante los coches que no pagan las tasas de forma reiterada. Estos vigilantes de la zona azul tienen la obligación de denunciar a la Policía Local a los que acumulan más de cinco sanciones por impago, denuncia que también se notifica a través de la PDA.

De esta forma, la Policía Local acude al lugar indicado por el vigilante de la zona azul con la grúa municipal y retira el vehículo del infractor por estacionamiento prohibido. Además de la multa del policía, de unos 60 euros, el sancionado deberá hacer frente también a los gastos de la grúa, lo que puede costarle un desembolso de cerca de 150 euros cuando la multa por estacionar en la zona azul y no pagarla es de apenas tres euros.

Con esta política Sagulpa quiere desterrar la idea de impunidad que se tiene sobre la zona azul entre los conductores que circulan por la capital. En la anterior época de implantación de la zona azul, cuando la gestionaba una empresa privada, las sanciones por impago que ponían sus vigilantes en los parabrisas de los coches tardaban meses en gestionarse y muchas veces se perdían en el limbo de la burocracia municipal. Con la municipalización del servicio, la Policía Local trabaja activamente con los vigilantes de parquímetros.