Construidas a principios del siglo XX, las coloridas casas de la carretera de Mata forman parte del paisaje urbano de la ciudad. Por eso muchos vecinos veían con tristeza ayer cómo la piqueta acababa con los primeros inmuebles.

Las viviendas, ubicadas en forma de media luna, fueron levantadas en el lugar destinado para las antiguas caballerizas del castillo de Mata, que data del siglo XVI. La fortificación recibió este nombre porque se hizo en forma de casamata (construcción que alberga armas defensivas), cuya función era la de guardar la muralla de la ciudad tras los ataques de la armada holandesa capitaneada por Pieter van der Does.

Hasta estas casas se trasladaron los campesinos que trabajaban en las fincas de plataneras que se extendían por toda la salida de la capital grancanaria. Los trabajadores pagaban un pequeño alquiler y fueron cediendo sus casas a sus descendientes o a sus conocidos. Dicen los vecinos más veteranos que se cobraban primero seis duros (18 céntimos de euro) y luego fue subiendo hasta las 1.000 pesetas (6,1 euros).