Tras incinerar a un ser querido, lo más recurrido fue siempre tirar las cenizas al mar junto a una playa o un risco añorado, o esparcirlas en puntos neurálgicos de la Isla como el Roque Nublo o las dunas de Maspalomas. Esa actividad tan habitual hace una década se convirtió en ilegal desde hace unos años cuando se prohibió esparcir cenizas de difuntos en lugares públicos. El Seprona de la Guardia Civil puede poner cuantiosas multas a quien se arriesgue a vaciar una urna funeraria junto a Las Canteras o en plena Cumbre.

Al socaire de esta proliferación de incineraciones -el 40% de las más de 2.300 defunciones anuales en la capital- han nacido varias empresas que ofrecen sus servicios a los familiares para dar ese adiós tan especial a un fallecido. La Travesía es una de ellas, una empresa que nació como un experimento por parte de una decena de amigos, licenciados y parados que se conocieron haciendo un curso y que dos años después empieza a hacerse un nombre en el sector.

La Travesía acaba de estrenar un local en la calle Luchana de Guanarteme tras mudarse desde una pequeña oficina en Tamaraceite. "Empezamos sin ninguna experiencia y este tipo de empresas no son muy habituales pero la gente tiene que ir concienciándose de ellas, nuestro fin es ofrecer un servicio en condiciones y a la altura de las circunstancias", dice Blanca.

Aunque aún son modestos, la empresa cuenta con poderosos medios con los que dar satisfacción a los clientes más exigentes. Son propietarios de dos embarcaciones con las que salir a alta mar a esparcir las cenizas, tienen contratadas varias avionetas y cuentan con un depósito temporal de urnas para aquellos familiares indecisos que aún no saben qué hacer con los restos del fallecido y tampoco les parece normal tenerlos sobre el televisor de casa.

"Contamos con una sala donde se custodian las urnas hasta que el cliente decide qué hacer con ella y dentro de la misma tenemos una habitación VIP para el que lo desee pueda estar durante un máximo de 35 minutos al día con las cenizas de su allegado", explica la administradora de la empresa, Gemma Espino. El precio de esta custodia oscila entre los tres y los cinco euros diarios.

Pero los servicios estrella de La Travesía siguen siendo los habituales, esparcir las cenizas en el mar o sobre la Isla. "Para echar las cenizas al mar hay que salir a alta mar a una distancia mínima de cinco millas o corremos el riesgo de que el Seprona nos multe", advierte Blanca.

Para estas ceremonias náuticas La Travesía ofrece a sus clientes una alternativa al esparcido tradicional en el que el viento puede jugar una mala pasada. Para ello, se ofrecen unas urnas especiales hechas en sal dentro de las que se depositan los restos incinerados. Esta urna flotante se deposita luego sobre el mar que en menos de 15 minutos disuelva la sal y deja a las cenizas flotando. Es una nueva técnica muy ecológica que se ha importado desde China aunque las urnas son algo caras, unas 300 euros la unidad. El servicio se completa ofreciendo a los familiares una carta de navegación con el punto exacto, vía GPS, donde fueron depositadas las cenizas por si quieren volver en algún aniversario.

Desde el aire

Si se quiere recurrir a una despedida aérea, La Travesía contrata una avioneta en la que dos familiares pueden esparcir libremente las cenizas por el rincón de la isla que deseen porque desde el aire no está prohibido. "Hay familias que se colocan en un punto concreto y piden que las esparzamos sobre ellos", explica Blanca, "como se hace a una buena altura casi ni lo notan".

Para los nostálgicos de la Cumbre se ofrece también un servicio de urnas-maceta biodegradables. En este caso, las cenizas han de mezclarse con un abono biológico en las que se planta un pino canario que luego es trasplantado, previo permiso del Cabildo, en el Roque Nublo o el Pinar de Tamadaba.

Estas urnas se deshacen con el tiempo bajo la tierra y el árbol queda como recuerdo permanente del familiar. Según estos empresarios, esta opción la demandan mucho también aquellos familiares que tienen una parcela en sus casas y pueden plantar en el jardín estas urnas-macetas.

Los servicios funerarios que oferta La Travesía se completan con el ofrecimiento de catering, flores, oradores, grabaciones en vídeo, música en vivo todo ello tanto para personas como para mascotas fallecidas. Dependiendo del servicio que se demande los precios del mismo oscilan entre los 200 y los 2.000 euros. Como recoge el lema de la empresa "el viaje comienza aquí".