Josefa Luzardo, exalcadesa de Las Palmas de Gran Canaria y diputada regional electa, recibió anoche en el Gabinete Literario un homenaje sencillo, informal, cargado con una gran dosis de cariño y afecto de todos los presentes, unas 200 personas, desde empresarios, trabajadores, vecinos, miembros de su partido y de otros, así como sus más estrechos colaboradores en estos últimos 20 años de vida pública, quisieron que su adiós a la política municipal sólo sea un hasta luego personal.

Luzardo, sonriente y algo nerviosa, vestida de negro, departió con muchos de los asistentes durante una velada que se inició sobre las nueve de la noche y que tuvo su momento más entrañable una hora más tarde. Antes, se hicieron corrillos donde empresarios como Lizardo Martell, Ángel Ferrera o Ángel Marrero conversaban animadamente; tampoco faltaron los políticos, la mayoría del PP, con María Australia Navarro, presidenta insular, al frente y con la presencia de José Miguel Bravo de Laguna, Felipe El Jaber, Juan José Cardona, Miguel Jorge Blanco, Mari Carmen Castellano o Isabel García Bolta, con un peculiar colorido en su peinado.

Totoyo Millares, Domingo Doreste, director del largometraje Sombra de papel, Canarias, siglo XVIII, el músico Manolo González, entre otros, fueron la cuota cultural e incluso asistió una princesa de Cacultala, Maha Axhta, nieta de Anita Delgado, una europea que se casó con el maharajá de Cacultala. Muchos vestían de manera informal y otros perfectamente trajeados en un ambiente que cambió de registro sobre las diez de la noche, cuando el murmulleo de los corrillos, el andar de aquí para allá de los camareros con bandejas de canapés y bebidas, se paró para darle un tono más entrañable y personal al acto.

El violonchelista checo Krystof Lecian le ofreció un particular y original regalo: la interpretación, acompañado de un pianista, de tres fragmentos de las óperas Nabuco, La Traviata y Carmen, adaptadas para la ocasión por Lecian y que dieron el toque selecto a la noche. Luego, un audiovisual de nueve minutos resumiendo la trayectoria de Pepa, terminaron con unas palabras de ésta. "He logrado no echarme a llorar y lo voy consiguiendo" dijo, y tuvo recuerdos para todos. Al final, un anillo simbolizó el cariño de todos.