La lucha contra las barreras arquitectónicas que atenazan a los cerca de 30.000 discapacitados que viven en Las Palmas de Gran Canaria ha empezado ya. La empresa pública Gesplan, del Gobierno de Canarias, promueve varias actuaciones en la zona Puerto para rebajar las aceras. A partir de octubre el Ayuntamiento retomará este proyecto creando rutas concretas que garanticen a las personas con movilidad reducida que precisan de sillas de ruedas hacer largos recorridos sin interrupción por un mal rebaje, una valla de obra que invade el paso peatonal o cualquier otro obstáculo.

Los primeros tramos que acometerán los servicios municipales de Urbanismo y Accesibilidad afectan a las calles León y Castillo y Presidente Alvear, desde el Mercado del Puerto hasta la avenida José Mesa y López; y la Avenida Marítima, especialmente en el trayecto que une la Base Naval con el Club Náutico, que actualmente suponen una barrera para los usuarios de sillas de ruedas, pero también para cualquier peatón.

La concejala de Accesibilidad, Gloria Marrero, que ha formado parte de colectivos que luchan desde hace años para que las administraciones públicas se conciencien de su falta de celo con las barreras, realizó el pasado jueves un recorrido con periodistas de LA PROVINCIA/DLP desde su despacho en la Concejalía del distrito Puerto-Isleta-Canteras, en la calle Pérez Muñoz, hasta las inmediaciones del edificio Woermann. Ella misma pudo comprobar cómo ese trayecto en dirección al parque Santa Catalina se interrumpía bruscamente al encontrarse una acera sin rebaje.

"Es el gran problema que tenemos las personas con movilidad reducida: iniciamos un desplazamiento por una ruta, y de repente nos encontramos con una barrera que nos obliga a ir hacia atrás y buscar una alternativa; a veces parece que no llegas nunca".

Oficina y teléfono de quejas

Los primeros objetivos del Ayuntamiento en su lucha contra las barreras -el alcalde, Juan José Cardona, ha sido el primero en crear una concejalía específica de Accesibilidad, poniendo a una discapacitada al frente-, serán la creación de una oficina de especial atención a estos problemas, que además incluirá un teléfono de atención en el que se podrá denunciar la falta de rebajes en las aceras, tanto de zonas céntricas y comerciales como de los barrios de la ciudad; así como los accesos a edificios públicos, locales comerciales y de ocio; los escalones en los zaguanes de edificios de nueva construcción, y la adecuación de los parques, avenidas y playas.

Esta oficina, que se encargará de inspeccionar y corregir aspectos como los relatados, estará dirigida y gestionada por personas con diversidad funcional, es decir, con alguna discapacidad. Así lo establece el proyecto político de la concejala Gloria Marrero, que además anuncia una "estrecha coordinación" con su compañera María del Carmen Hernández Bento, primera teniente de alcalde y concejala de Urbanismo.

"El compromiso es claro: la creación de una oficina técnica, un departamento municipal de carácter específico para la accesibilidad que supervisará todas las actuaciones desempeñadas por las distintas concejalías, y que tengan que ver directamente con la concepción de la idea de accesibilidad universal que perseguimos", recoge el decálogo con el que ya ha empezado a trabajar Gloria Marrero.