Tardía pero necesaria. Así ven los vecinos de Ciudad Alta la apertura del puente de Obispo Romo, que acaba con el aislamiento que sufre Schamann desde hace casi cuatro años. El nuevo viaducto sustituye a la vieja carretera que se apoyaba en el muro del barranquillo Don Zoilo, que ha sufrido desde su construcción varios derrumbes. El último, en noviembre de 2007 tras un temporal que provocó su cierre durante estos últimos años.

Aunque desde el pasado mes de marzo ya se utilizaban tres carriles, desde ayer el puente está abierto completamente al tráfico y a los peatones. A partir de ahora los habitantes de Schamann pueden ir caminando al centro de salud, al Mercado de Altavista o al Mercadona sin tener que gastarse el dinero en taxis.

Por eso la apertura del viaducto fue una especie de caravana multitudinaria compuesta por los actuales concejales, por los ediles de la anterior corporación, líderes vecinales, empresarios y espontáneos. De una u otra manera todos criticaban el retraso de la puesta en funcionamiento de la estructura, pero aplaudían su apertura.

Los más veteranos recordaban que en las últimas décadas el muro se ha caído al menos cuatro veces. "A principios del año 2000 se gastaron cerca de 100 millones de pesetas para nada porque el muro volvió a derrumbarse. Más vale que se tarde y se hagan las cosas bien que se vuelvan a hacer mal y se caiga otra vez abajo", opina Carmelo Medina, vecino de Schamann, que no quiso perderse la apertura, no inauguración, como quiso precisar la concejala de Urbanismo, María del Carmen Hernández Bento.

"Por fin se abren al tráfico los cuatro carriles después de casi cuatro años cerrados. Es un hecho importante porque no nos podemos olvidar de que Ciudad Alta es el distrito más poblado de la ciudad con 105.000 habitantes. Estamos abriendo, no inaugurando, porque falta el acondicionamiento del parque y la puesta en marcha del ascensor", ex- plica Hernández Bento, que cifra en más de cinco millones el coste de las obras.

Comunicación

Con esta nueva infraestructura Schamann vuelve a estar comunicado con los barrios cer-canos, como Altavista, Las Chumberas, Don Zoilo o Escaleritas. Una novedad que los empresarios esperan que se traduzca en ventas. "En estos últimos cuatro años ha habido una bajada de las ventas del 60 por ciento. Hemos tenido que sufrir la crisis económica, junto a la pesadilla de tener cerrado Obispo Romo", recuerda Raquel Montero, dinami- zadora de la Zona Comercial Abierta de Pedro Infinito. "El puente le da valor a la zona", agradece Montero.

Señoras con sus carritos y jóvenes con sus bebés celebraban la facilidad con la que podían pasar a comprar al Mercado de Altavista o ir al médico del centro de salud. Pero, sin duda, uno de los que más alegres se mostraban ayer por la mañana era Juan Hernández, que se desplaza en sillas de ruedas. "Esto era peor que cuando corría el agua por el barranco", recuerda con ironía Hernández. "Desde que se cerró en 2007 para pasar al otro lado tenía que dar toda la vuelta por debajo y luego volver a subir. Ahora con par de minutos tengo", comenta ilusionado en su silla de ruedas.